46: Colapso.

4.8K 291 42
                                    

¡Se acerca el final! ¡AaAaaaAAaA!

Capítulo cuarenta y seis.

Colapso.

Mia Hobbs.

[2:40]PM

Sigo sentada en el parque nuevamente, llegué hace unos minutos pero sigo mirando a la nada; Quería saber la verdad, saberla era un anhelo, no se porque ahora que la se me arrepiento, tal vez solo la quería saber porque no me la decían. Me siento tan ingenua en estos momentos, me vieron la cara de estúpida y yo dejé que lo hicieran, ahora estoy molesta con todos, conmigo, no me he atrevido a ver esos documentos que me entrego Alfonso, fue el único que tuvo los pantalones para decirme todo esto.

Una lágrima resbala por mi mejilla, deslizo la comisura del papel. Saco algunos papeles viéndolos fijamente, uno llama mi atención, son algunas fotos de Alex junto aquella chica del cuadro pero en una de ellas el sale besándose con ella. Mis ojos se agrandan buscando otras fotos, sin más tapo mi boca ahogando un sollozo.

— Se- se iban a ca-sar — suelto tartamudeando viendo aquella foto.

Se ven tan felices, juntos, un sollozo más fuerte se hace presente para gritar eufóricamente. Me sujeto la cabeza entiendo todo, leyendo los papeles logro analizar todo lo sucedido, ¿Es normal que tenga ganas de matar y morirme a la vez?

— ¡Ahahaaa! ¡Fui tan idiota! — grito al aire tirando los papeles al aire.

A mi mente llegan las palabras de mi tía Jaines, me siento en el césped hundiendo mi cabeza entre mis piernas haciendo gritos ahogados; Muerdo mis labios en impotencia.

— Porque no eres una adolescente normal como las demás personas, eres alguien más especial. Es decir, una persona a la que todas tienen avaricia de tener en frente.

No puedo sentirme aún más estúpida, la verdad solo me quiero morir, pero antes enfrentarlos a todos y decirles toda la rabia que necesito descargar. Me siento humillada, decepcionada. ¿Cómo decirles que puedo con esto cuando la verdad no puedo?
“Mis padres”, ¡Maldición! ¡Toda mi vida fue una maldita mentira! ¡Todos me utilizaron!

— ¿Aló? — la dulce voz soñolienta de Olivia me hace sollozar aún más.

— Oli… ayúdame por favor. — artículo rápidamente sin pensar.

— ¿Mia? ¿Qué haces despierta a esta hora? ¿Dónde estas? — pregunta de la manera más rápida posible.

Miro a mi alrededor, y hay captó el lugar donde estoy. Creó que ya ni el miedo me sirve, son las dos de la madrugada y aquí estoy, llorando y pagando por tanta idiotez que cometí, son tantas cosas que me tienen mal. Aunque la verdad es que no se cual me duele más, solo quiero dejar de pensar en todo esto pero ¿Cómo hacerlo? Si perdí todo en una simple noche. Alex me uso, me humilló, amber, mi supuesta amiga fingió todos estos años, y mis padres solo me querían por mi herencia.

¿Acaso todo esto es justo?

— ¡Mia!

Brinco al grito de Olivia, — En el parque cerca de mi casa.

— vamos para allá.

Sin más cuelga el teléfono, recuesto mi espalda a un tubo cerca de un columpio mirando a la nada, me siento un maldito chiste.

Mi vida es una maldita comedia que no da risa, todo se jodió, ¡Todo! Al comprender esto, Alex… me uso para vengar a su prometida, esposa ¿tal vez? Supongo que mis padres la mato, así como a todos los de esa cartelera que tenía llena de cruces rojas, él quiso vengarla metiéndose con su única "hija". Tanto la amo, tanto se amaron, no sé si es masoquismo pero quiero escucharlo decirme todo esto en mi cara, con su voz. Viéndolo fijamente y que me diga que me uso, que solo se quería vengar, que me dio la confianza de hacerme entregar a él solo por venganza, para ver si así dejo de quererlo como lo hago.

Agarró el teléfono marcándole a su teléfono, repica una vez y después escuche su voz fuerte y varonil, — Mia,¿Por qué estás despierta a esta hora?

— ¿Por qué? — solté en un hilo de voz, — ¿Por qué me hiciste esto?

— ¿Ah? ¿De que hablas? ¿Mia, estas llorando? — pregunta rápidamente.

— ¡Me mentiste! ¡Me dejaste como estúpida! ¡Te burlaste de mi! — grito sin fuerza sollozando, — ¡Te odio! ¡Los odio…!

Dejo de hablar cuando Olivia y Carlos llegan a mi lado quitándome el teléfono de la oreja, Carlos me carga entre sus brazos mientras veo a Olivia recogiendo todos aquellos papeles que lance al aire.

— ay, mi niña, ¿Qué te hicieron?

— colapse de tantas mentiras… que me hacen querer morirme.

— No, no, no digas eso, todo va estar bien, aquí estamos tus amigos.— es lo único que termine de escuchar para hundir mi cabeza en el pecho de Carlos y cerrar mis ojos olvidando todo.


Nota de la autora: ¡Holaa, mis pequeños Minion! Eh, lamento informales que no podré hacer el maratón que les había prometido:(.
Es que tengo algunas cosas que hacer, y tendré que pautarlo para mitad de semana, como ya saben, la historia está a punto de terminar. ¡Pero, calma! ¡Calmaos! Tengo una sorpresa, y se los diré en el cierre del libro. Besos.

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora