Tú eres mía, princesa© (Libro I)

28. Una pieza al enorme rompecabezas.

Capítulo veintiocho.

Una pieza al enorme rompecabezas.

Mia Hobbs.

Ayer despues de haber estado un poco más íntima con Alex y nos dirigimos a su casa, digamos que me quedé a dormir aquí. ¿Recuerdan cuando dije: 'Si hubiera vuelta atrás no la daría'? Pues, si hubo vuelta atrás, me quería morir, digamos que Andrés no puede hacer nada sin Alex. Después en la noche cuando llegamos. No paso más nada ya que solo me quedé dormida porque el llegó muy tarde, no es como si yo quisiera que fuera pasado algo más... no ¡Ash!, Espero y me entiendan lo que quise decir y creo que todo esto ha pasado por alguna razón.
Creó que haber tenido esa charla me hizo confiar mucho más en mi, es que ya llevamos tiempo siendo novios sin contar todo lo demás y creo que el merece eso. Pero no sé que va a pasar si yo hago eso... y pasa algo peor... no, no dejemos esto hasta aquí.

— Andrés, ¿Dónde estas McKay? — pregunto llegando a su lado.

Este mira a Amber para luego hablar, — Él, bueno... está en el despacho con algunos socios, estate tranquila.

— ¿Cómo querés que esté tranquila si no me ha llamado?

— Calma, Mia, está ocupado no ha pasado nada malo.

— Mira, Andrés, si tú me estás mintiendo juro que te sacaré los dientes.

Me giro rotundamente molesta alejándome de ellos, joder han pasado como tres horas y el adentro del maldito despacho, estoy asustada. Entran y salen autos a cada rato y hay muchos guaruras afueras.

Tú lo sabías.

Tú solita te metiste aquí.

Estoy tan molesta, es que... una chica entro con el al despacho, y me incomoda demasiado porque no confío en ellos, no en ella. No entiendo porque duran tanto aveces tengo muchas cosas en la cabeza que no sé que creer.
La puerta del despacho se abre y deja salir a una chica de cabello marrón claro y ojos negros brillantes, va agarrada de la mano de Alex.

Calma, calma, calma.

¿¡Cómo quieres que me calme!?

Mi corazón late fuerte por la rabia que ha invadido mi tonto cuerpo, decirles que no me molestó es mentira. Quisiera ir hasta allá y arrancarles las estensiones pero solo voy a respirar y a calmarme, me levantaré de aquí inmediatamente y me iré sin darles ninguna explicación a mi “novio”.
Me levanto y las mirada se posan en mi pero solo las ignoro, al menos para algo soy buena para ignorar a la gente.

— Oye, ¿Ella quién es?  — pregunta curiosa y la volteo a mirar.

— Ella.. — habla Alex mirándome y la fija mirada de Amber me asusta, — Ella es Mía Hobbs... la amiga de Amber.

“amiga de Amber”... Eso bien bonito pues.

Ella ríe y me le acercó a Amber está me sujeta del brazo, — Pensé que era tu novia.

Mis ojos curiosos me hacen volverla a mirar pero está vez mis ojos se centran en la respuesta de Alex. No se porque le tengo tanto miedo a lo que el pueda responder.

— No, ya te dije que no.

¿Qué?

¿Me acaba de negar?.

Sin mas se alejan de mi saliendo de la casa a los jardines, ella agarrada del brazo de él y solo me  deja en rotunda confusión, una ola de desilusión se cruza en mi rostro se hace visible y Andrés pasa a mi lado, mi corazón late fuerte cuando veo entrar a otros guaruras y mis ojos se agrandan cuando los chicos pasan corriendo de un lado a otro con una mueca de preocupación grandísimo. Uno de los guaruras se me acerca junto a Amber y ella agarra mi mano entrelazándolas.

— Señorita, acompañenos hay que sacarla de aquí inmediatamente.

Frunzo el ceño, — ¿Qué? ¿Por qué?.

Amber me mira jalandome, — tenemos un gran motivos para irnos, después te explicó.

Asiento caminando para luego entrar a un auto negro completamente blindado saliendo en cuestiones de segundos del jardín de la inmensa mansión. Todo esto me confunde, pero a todo esto, ¿Qué día es hoy? He faltado muchos días a clases, esto me va a ocasionar más problemas, mis ojos se cristalizan pero hago lo posible para no llorar, está vez no, osea ¿Qué le pasa? Yo soy su novia.

¿O no?

— Mía, él...

La interrumpo tenaz, — Cállate, no quiero escucharlos.

Un misterio ocasiona muchos más.