18. Confusión.

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Capítulo Dieciocho.

Confusión.

Mia Hobbs.

Me despierto por un olor fuerte que invade bruscamente mis fosas nasales, me levanto rápidamente y un mareo se hace presente haciendo que me tambalee de un lado al otro, agarro mi cabeza entre mis manos tratando de calmar el mareo.

Mi vista esta en negro y el dolor de cabeza es  insoportable. Me levanto y paso mis manos por los ojos me sobresalto echando un brinco hacia atrás,cuando abren la puerta de la habitación, abro los ojos como platos al ver a la persona que me ha mandado a secuestrar.

—¿Me quieres explicar que demonios estabas pensando cuando aceptaste ir a vete con el maldito de Daxon?, — Alex, sí, Alex pasa molesto azotando la puerta al cerrarla.

Tiene un semblante molesto y tiene las manos en puños cerrados, su mirada es fría e intimidante, me estremezco al mirarlo y retroceso. Bajo la cabeza apenada, no se como no se me había echo parecido la habitación si es la misma de Alex.

— yo…

— ¿¡Yo qué!?, —grita cabreado haciendo que me asuste.

Subo la vista mirándolo a los ojos, niego con la cabeza malhumorada dando varios pasos cerca de él, — Me vuelves a gritar y me voy. — amenazo aunque mis manos estén temblando.

Bufa obstinado, — ¡Te estas metiendo donde no debes! ¡Esto es peligroso, niña! — se agarra la cabeza desesperado, — ¿¡Qué fuera pasado si no llego a tiempo!? ¡Dime! ¿¡Qué te fueran hecho!?

Me volteo haciéndole caso omiso a su presencia, camino hacia la puerta y cuando agarro la perilla siento como Alex me agarra del brazo apegándome a su pecho abrazándome fuerte. Paso mis brazo por su torso hundiendo mi cabeza en su pecho, lágrimas salen de mis ojos de una manera rápido y siento un enorme nudo en la garganta que no me deja en paz.

—Dime, princesa, ¿Para qué fuiste donde te cito Daxon?, —

— Bueno, es que… yo quería saber quien era…

Niega interrumpiéndome, — Princesa… eso es muy peligroso, ¡y tu lo sabes!, — asiento sin dejar de abrazarlo, — ¿Qué fuera pasado si no llego? ¿Qué te fueran hecho, princesa?

Sollozo, — No-no sé,  — Me quedo callada por unos segundos para luego hablar, —Te...tenía..mu..cho..miedo.

— Lo sé, princesa, no lo vuelvas a hacer ¿Ok?. — dice firme y me separó mirándolo a los ojos.

—Alex.

Tocan la puerta interrumpiendo nuestra mirada, Alex se acerca un poco más dejando un beso casto en mi frente mientras me abraza muy fuerte. Sí, pues me he acurrucado en sus brazos. No sé que esta pasando, pero a todo esto ¿Cómo el sabía que yo me iba a ver con Daxon? ¿Acaso lo abre mencionando y no me acuerdo?.

— ¿Cómo sabías que esta justamente allí?

Pregunte con cierta curiosidad en mi voz formando una línea recta con mis labios, separándome del abrazo quedando frente a él, — Te he estado vigilando.

Suelta cínicamente escogiéndose de hombros con un semblante neutral, — ¿¡Me has estado vigilando!?

— Sí, obvio.

Abro mis ojos en acción de sorpresa, ¿Siempre había sido así de cínico?.

— ¡Me estabas acosando! ¡Eso es acoso, Alex!

Asiente burlón, — Lo sé.

Chillo indignada, — ¡No puedo creerlo! ¡Eres un cínico!.

Cuando Alex va a responder es interrumpido porque abren la puerta de la habitación de golpe, vemos como entra la misma chica de la otra vez con una falda, ¡Que una falda! ¡Carga puesto una mini falda que no deja nada al imaginar!. Me da una mala mirada y luego camina hacia Alex sonriendole.

— ¡Mi amor!, — chillo y se le tira encima abrazándolo.

Alex solo la abraza de igual manera sonriendo, — Me retiro.

¡Que tonta eres!.

¡Que tonta soy!

¿Qué pensabas? ¿Qué él te buscaría? ¿Qué no te olvidaría?

Ilusa, soy una maldita ilusa.

Estúpida fui yo al creer que estaría atrás de mí como perro, es una mafioso obviamente tiene a todas las mujeres que quiere cuando quiere y como quiere. Me maldigo internamente, pero debo aceptar que fui yo quien quiso que esto pasará, fui yo quien lo dejo, y fui yo quien puso punto final a esto, nadie tiene la culpa más que yo.

Supongo que me enamoré sola.

Cuando voy a voltearme para salir de la habitación veo entrar a Amber junto a Katy con un semblante muy molesto, — Tenemos que hablar, Mia.

Sonrió incrédula, — Yo no.

Sigo caminando y ella me agarra del brazo fuertemente, lo quitó tenaz, — Pues, yo si tengo que hablar contigo.

— Cuando tenga tiempo, te aviso ¿Si,Amber? — todos los ojos están puesto sobre mi, estoy tan molesta, —  ¿Por qué si te llamas así, cierto? ¿Oh no?.

Se quedan callados porque saben que no tienen derecho a contratarme, porque así soy yo. Me juro intentar perdonar y olvidar el pasado, pero ese fallido que me hiciste solo se queda allí en una esquina de mi alma que luego saco y te lo restriego en la cara, y aunque se tener rencor es malo, no me arrepiento de hacerlo.

No puedo evitarlo, soy así porque… cuando vallas a fallarme asegúrate de no necesitarme nunca más.

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora