35: Antro.

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Capítulo Treinta y cinco.

Antro

Mia hobbs.

Sujeto fuerte del brazo a Amber cuando nos encontramos frente a la entrada del Antro, Llegó a flipar cuando veo como el guarura le pasa cuatro pulseras tornasolados como fichas VIP. Carlos al igual que Olivia sonríen satisfechos aplaudiendo feliz, Amber le guiña el ojo al guarura y este hace seña para entrar en la siguiente fila.

— ¿¡Cómo es que podemos entrar al Antro siendo menores de edad!?

— Shhh.

Olivia ríe fuertemente a carcajadas por la reacción de Carlos y Amber cuando pregunté en un grito ahogado.

—Callese. — Carlos sentencia riendo, — Olivia, tengo que hablar contigo.

Ellos se alejan un poco de nosotros, una sonrisa abarca mis labios al verlos peleando sutilmente, entre besitos y abracitos dejan de pelear para luego besarse.
Dejo de mirarlos para luego volver a dirigir la mirada a Amber la cual tiene los ojos llorosos y su nariz súper rojita aguantando las ganas de llorar, un susurro de su parte articulando un “Me jodí… me jodí feo” para luego abrazarme.

-

Después de unos minutos de estar adentro del Antro, la música empieza a hacer efecto obligándonos a movernos de un lado al otro al ritmo de la música, un chico se acerca ofreciendo tragos. Al principio me niego pero después me gana el despecho haciendo que me tome a fondo blanco el licor. Mis ojos se agrandan cuando veo a un chico de espalda el cual luce igual que Alex, hombros anchos, cabello negro azabache y su tez blanca hacen contraste con su cabello y su ropa toda negra.

Cómo un deja vu por mis ojos pasan todos eso momentos únicos que pase alado de Alex, pero mi verdugo me obliga a recordar también todos los momentos de desesperación.

Devuélveme, devuélvelo.

No tengo reseñas porque a nadie se les ocurre, y en esta jaula ya no queda casi nadie.

— ¡Mia!

Brinco sobresaltada, agarrando fuertemente el trago entre mis manos, el rencor recorre por toda mi sangre haciendo que vuelva a beberme el trago a fondo blanco, Amber me mira negando para luego agarrarme de las manos para adentrarnos al medio de la pista de baila. La música del poderoso The Weekend empieza a sonar y dejó que mi perra interior salga para dejar mover mis caderas sensualmente, siento la mirada penetrante de un chico que está sentado frente a mi, sonrió satisfecha pasando mis manos para que acaricien la comisura de la falda de cuero negro que llevo puesta, la camisa corta blanca se sube un poco al levantar mis manos para acariciar mi cabello, un guiño de parte del chico me hace sonreír pícara devolviéndole el guiño.

— Creo que ya Mia se ha pasado de tragos.

Aquel murmuró de Carlos hacia Olivia me hace voltear a mirarlos pero rápidamente mi vista se dirige a una mano que se posa en mi vientre bajo bailando a mi ritmo, al momento reaccione mal pero puedo percibir aquel perfume de hombre que ustedes y yo conocemos muy bien, y esa linda pulsera de la cual tengo la otra parte. Se que está demasiado pegado a mí porque siento su respiración en mi cuello, y déjenme decirles que estar con el chico que hace que tus pantis se caigan con solo sentir su perfume y el alcohol no son una buena combinación.

Mis hormonas me hacen seguir bailando dejándome llevar por su ritmo, su agarre me está volviendo loca y puedo percibir un poco sus suspiros antes mis movimientos.

Estás jugando con una serpiente sin tener como matarla.

Le haría caso a mí conciencia pero el alcohol en mis venas ya no me dejan pensar claramente, sus manos se deslizan por mi cuerpo y una entra por debajo de mi camisa.
Seguro en este momento estaría super avergonzada pero no lo estoy… y le tengo mucho miedo a esta nueva yo.

De un momento a otro ya no siento su agarre haciendo voltear rápidamente, veo como se aleja entre la multitud de gente y mi curiosidad me hace avanzar persiguiéndolo.

Estoy en un laberinto sin salida”📌

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora