Capítulo Tres.
La invitación.
Mia Hobbs.
— Amber por el amor a Dios, ya vamonos, se nos hace tarde, — Llevo más de una hora esperando a que Amber se digne a dejar de maquillarse.
Me hace una seña para que me siente alado de ella, frente al espejo donde tiene todo su maquillaje.
— Te voy a maquillar solo los labios con un poco de brillo y tus mejillas con solo un poco de rubor ¿Ok?
Bufo — Yo me veo bien así.
— Lo se, te ves hermosa al natural, pero aveces no te haría mal maquillarte.
— Bien, empieza antes que me arrepienta.
Se me acerca y me alejo un poco, — Amber, ¿Porque no te aceptas como eres?
— Ya vas a empezar — rueda los ojos —. Yo me aceptó como soy, sólo que...
— ¡Solo que nada! Eres la persona más linda que he conocido... No te maquilles para ser como las demás, si te maquillas que sea para ti, para que te veas aún más hermosa, no para encajar con los demás, la verdad ellos solo hablan mierdas.
— Oh, que milagro has dicho "Mierda"
Bufo, — No cambies el tema.
— Es que... Da igual.
La miro a los ojos, — No da igual pero no te puedo obligar a decírmelo.
Veo como relaja su cuerpo para luego mirarme, — No estoy lista para esta conversación — Confiesa jugando con sus dedos.
— Tranquila, aquí estaré para cuando lo estés.
***
Han pasado justamente 10 minutos desde que deje que Amber me maquillará un poco, — Vamos Mia, solo subete la falda un poco más.
— ¿Qué? Jamás, eso sí no. — Grito saliendo del cuarto de Amber.
— Es demasiado larga — se queja corriendo detrás de mí.
— La falda me llega cinco dedos arriba de la rodilla no sé que tanto te quejas, ¿Quieres que valla en ropa interior?
— No exageres, solo es un poco no te vas a morir por eso.
— ¡Ya dije que no! — Empiezo a correr bajando las escaleras mirando hacia atrás cuando vuelvo a tropezar.
Levantó mi vista y vuelvo encontrarme con esos ojos azules como el mar, este sonríe y por inercia me sonrojo de inmediato.
— Así que no aprendiste a mirar hacia adelante, — Dice con voz ronca.
Me separo acomodando mi falda — Oh, Lo lamento de nuevo.
Puedo sentir la intensa mirada del chico, lo que me hace ponerme mas nerviosa, — Mia! — Brinco del susto y miro mal a Amber.
Me separo — ¿Nos vamos ya?
— Lamento arruinar su momento de miradas perversas pero si no nos vamos rápido iremos a detención y hoy no quiero ir — Expresa Amber haciendo un puchero.
— ¡Tu no tienes remedio, Amber! — grito sonrojada.
— Pero- ¿Qué dije?
Ruedo los ojos, — Solo cállate, sólo eso.
— Bueno, es la verdad, estaban que se comían, literalmente, pero equis, vámonos ya.
Suspiró a regañadientes, pero al intentar caminar me doy cuenta que el chico me tiene sujetada fuertemente del brazo, lo cual me hace fruncir el ceño. — yo, te puedo llevar.
Volteo a mirar a Amber la cual me hace mil señas a que diga que sí, — Pero...
— Sí, ella dice que sí — Grita Amber.
Le doy una mala mirada — Pero, Amber.
— Yo llevó a Amber — se ofrece otro chico.
Mi vista se dirige nuevamente al chico.
— ¿Y entonces?
— Está bien.
Este sujeta mi mano para hacerme caminar junto a él, al salir de la casa nos dirigimos a uno de los autos, pero, su auto es de último modelo ¿Acaso es rico? Pero se ve muy joven para tener demasiado dinero, tal vez fue su familia la que le dejo el dinero.
El chico que todavía no se el nombre le hace una seña al otro que capta inmediatamente, estoy cada vez me asusta más, seguro en mi rostro esta reflejado todo el miedo y creó que se han dado cuenta porque me he detenido.
Los ojos del chico me observan esperando alguna reacción, — ¿Vamos?
— Si, vamos.
No se si son mis nervios pero siento que esto ya fue planeado, es que es tan ilógico que el quiera llevarme al instituto, es como si no tuviera algo mejor que hacer. Pero si él no me lo dice, yo no le voy a preguntar.
Creó que esto no fue una buena idea...
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Tú eres mía, princesa© (Libro I)
Teen Fiction«La vida es una ruleta rusa que nadie a podido descifrar, y los que quieren mueren en el intento » Me llamo Alex McKay, y tú eres mía princesa, por las buenas o por las malas.