37: Visita nocturna.

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Capítulo treinta y siete.

Visita nocturna.

Mia hobbs.

Un zarandeo en mi brazo me hace despertar bruscamente, abro los ojos al instante haciendo que un mareo se presente. Veo a Olivia un poco nerviosa y lleva sus zapatos en la mano.

— ¿Pero que mierd...?

— ¡Shh!

Exclama Olivia tapando mi boca, luce un poco desarreglada, y me volteo levemente y veo a un Alex con sus labios rosaditos dormido, una ola de felicidad me recorre, no es el típico canalla que te hace suya y luego se va.
Una sonrisa abarca mis labios hasta que vuelvo mi vista a Olivia dónde está llorando, me levanto exasperada tapándome con una sábana.

— Por favor, Mia, te necesito, vamonos luego te explico.

Asiento recogiendo mis cosas para luego acercarme y darle un beso casto a Alex en si frente. Agarro a Olivia de la mano saliendo de allí, la dura realidad cruza por mis ojos al ver que estamos en el antro, perdí mi virginidad en un antro, que bajo caí. Hay chicas llorando en las habitación y chicos molestos en la entrada, los ojos se posan en nosotras dos y una sonrisa ladina abarca sus labios. Ignoramos eso corriendo para agarrar un taxi.

— Olivia, ¿Por qué lloras? — pregunto cuando ya estamos sentadas en el taxi.

Sonríe triste, — No se que hacer.

Esas simples palabras me hacen pensar en todo aquello que hice ayer, acaso ¿Me estoy arrepintiendo?
Todo aquello que pasó ayer me pasa con un Deja Vu por mis ojos, sin darme cuenta lágrimas salen y Olivia me abraza fuerte, el señor del taxi solo nos mira por el espejo sin entender nada, estoy confundida y no se como enfrentarlo.

Cuando ya hemos llegado a la casa Olivia sube las escaleras rápidamente dejándome atrás, me percato de que no halla nadie en la casa, me dirijo a la cocina tomando un vaso de agua. Un fuerte sonido me hace escupir el agua subiendo rápidamente las escaleras.
Mis ojos se agrandan como platos al ver las cosas que tenía en mi mesita de noche en el suelo. Olivia está roja de tanto llorar, no ha querido hacer nada, solo está sentada en la orilla de mi cama llorando. Suspiro limpiando algunas lágrimas que resbalan por mis mejillas, me siento a su lado obligandola a mirarme.

— Oli, toma un baño y descansa un rato, te sentirás mejor.

Un grito de frustración se hace presente, — ¡Nada me va a hacer sentir mejor! ¡Nada!

Se acuesta en la cama mirando hacia la pared y me acuesto a su lado, la empiezo a mimar hasta que el sueño nos domina, un bostezo abandona mi boca y después de un rato en el que Olivia solo lloraba logré dormirla, y yo más atrás.

-

Un beso me hace despertar bruscamente tapando mi boca para no hacer ningún ruido, mis ojos se agrandan como platos al ver a Alex dentro de mi habitación. Me levanto cuidadosamente fijándome que Olivia siga totalmente dormida, antes de acercarme a él cierro la puerta para que mis padres no escuchen nada, mi vista se vuelve a dirigir a él ocasionando que me coloqué nerviosa ante su mirada.

— Debo admitir que nunca imaginé que tú fueras la que huyera después de ser mía. — admitió y una sonrisita me hace bajar la cabeza.

Me le acerco con una mirada inocente y pícara a la vez, — ¿Y quien dice que yo huí?

— Los chicos de la entrada que te vieron salir corriendo, princesa.

Maldición, buena jugada.

— ¿Te has sentido bien? — pregunta en tono preocupado acariciando mi mejilla, — te vez pálida.

Miro a Olivia de reojo, — Para serte sincera, no. — bajo la mirada, — Perdí mi virginidad en un antro y creeme que no me enorgullece, ni hablar que a Olivia le ha pasado algo y no me lo quiere decir.

Se escoge de hombros al escuchar mi última frase — Ah, se acostó con Carlos es una borrachera y digamos que...

— ¿¡Qué ella hizo qué!? — me tapo la boca enseguida y Alex ríe.

— Amor, es algo normal tener calenturas después de tomar y tener en frente a la persona que te gusta, — me jala de la camisa apegándome hacia él, — Y tú no tienes porqué sentirte mal por perder tu virginidad conmigo, somos novios no tiene nada de malo... aunque solo seremos novios hasta que tú tengas veintiséis años.

Mi ojos se agrandan como platos, — ¿Por que hasta los veintiséis?

— Porque desde allí serás mi esposa, — agachó el rostro escondiendo un sonrojo, — Amo cuando te sonrojas... te amo.

— Te amo muchísimo más.

Junto cuando nos vamos a besar veo como Olivia se levanta rápidamente hacía el baño vomitando, una mueca de asco cruza por mi rostro y Alex ríe.

— Deberás ayudarla, ¿Te recojo mañana a la hora de salida del instituto?

Asiento y este me roba un beso antes de irse por la ventana nuevamente, una sonrisa abarca mis labios.

veo como Olivia sale del baño sosteniéndose la cabeza — Ay, Dios quitame este dolor te juro que nunca en mi vida vuelvo a tomar, pero quitamelo.

— Olivia…

— Cállate, — me interrumpe viendo por la ventana, — ¿Desde cuándo Alex tienen alas para salir volando por tu ventana?

— Algo me dice que sigues borracha.

— ¡YO NO ESTOY BIRRICHI! — habla en un grito ahogado casi cayéndose.

— Si, claro. — susurro llevándola a la cama.



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Nota de la autora: ¡Perdón por el retraso! Es que he tenido mucha tarea últimamente y se me complica actualizar seguido. Para compensarlos haré una doble actualización este fin de semana.

Otra cosita, he estado viendo sus comentarios y me animan demasiado, gracias por su apoyo.

Besitos. <3

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora