『ᴘʟᴀʏ ꜰᴀʟꜱᴇ』ᴋᴀʀᴍᴀʟᴀɴᴅ/ʟᴜᴢᴜᴘʟᴀʏ

T W E L V E

Su despeinado cabello castaño caía por su frente y parte de sus mejillas. Recostado en el suelo de su jardín con heridas por todos lados.

Siente su cuerpo pesado como si no fuera capas de levantarse, sus ojos amenazan con cerrarse pero lucha por que no pase. Gira su cabeza hacia la izquierda admirando su huerto destrozado por alguien, gira su cabeza esta vez hacia la derecha mirando las vallas de manera destrozadas y sus animales revoloteando por doquier. Otro atentado desde que lanzo su campaña, ya perdió la cuenta de cuantas veces pasaba.

Cada vez era peor y el cansancio físico al arreglar cada cosa que destrozaban o mental al tener que soportar todo.

Pero no se rendiría, no era una opción.

Con todo el pesar del mundo se levanto de su lugar y comenzó a arreglar su lugar para los animales, forcejeaba contra una vaca  hasta que termino en el suelo por falta de equilibrio. Una mano se apareció frente suyo y cuando vio aquellos ojos negros supo que todo estaría bien.

Aunque ahora también eran un constante recordatorio de todo lo que no podía tener, el azabache nunca le dio indicios de querer ser algo mas que amigos así que se resignó.

—Creo que el piso no es un buen lugar para descansar.

Dirigió su mirada a la voz que ya conocía y sonrió al ver el azabache de cuclillas y tendiéndole una mano para  ayudar a levantarse.

—Auronsito —canturreo y tomo su mano.

Una vez ya ambos de pie, el moreno le dedico una mirada preocupada, su estado le decía mucho mas que aquel: «estoy bien» de siempre.

—¿Otra mina? —preguntó aunque ya sabia la respuesta.

—Esta vez dos —fingio una sonrisa en espera de quitar el rostro preocupado de su amigo.

—Con esa ya van seis en solo cuatro días.

Una tercera voz aprecio dejando ver el cabello rojizo de Lolito.

—Hombre, pero nada como la primera vez —respondio el castaño aun con una sonrisa.

A pesar de que el oji-zafiro y el oji-esmeralda fueran rivales tenían una gran amistad fuera de la alcaldía y se frecuentaban seguido.

El comentario del castaño dejo pensando a los presentes y se quedaron en silencio recordando el suceso que ocurrió hace apenas un mes:

El escenario para el meeting estaba prácticamente listo, solo faltaba decorar pero ya estaba construido. Los  candidatos aun tenían la opción de renunciar y las personas aun tenían la opción de postularse.

Las cosas con el partido de Mangel no había hecho mas que manchar la imagen de sus contrincantes, no consiguieron exactamente lo que querían pero si que Luzu había perdido aldeanos que lo apoyaran.

Mientras tanto la lucha de sentimientos seguía avanzando y las respuestas no llegaban, ambos eran tan discretos en lo que sentían que le hacían imposible al otro saber la verdadera intención.

Auron se encontraba en casa de Luzu con Frederick en su regazo, esperando por la llegada del propietario que salio a comprar la comida de ese día. Su paz se vio interrumpida por el portazo que resonó con fuerza acompañado de un castaño casi sacando humo por las orejas.

—¿Estas bien? —pregunto el azabache preocupado por la actitud poco común de su amigo, no recibió una respuesta solo recibió el papel que Luzu traía entre manos. —¿Que es...

No pudo terminar la frase, sus ojos se abrieron con sorpresa y en su boca se formó una gran «o». Leyó y releyó el papel con cuidado tratando de entender de manera razonable la situación.

«Aquí la prueba de que el candidato Luzu y su mano derecha Auron son unas perras en celo». Era lo que decía el papel acompañado de una foto bastante comprometedora de unos chicos bastante parecidos.

—Auron ya no se que hacer con Mangel... Pero no quiero renunciar...

En un segundo todo la furia desapareció y se transformó en una decepción. Su amigo no supo que responder, era claro que también estaba enfadado por que no era así como competían para la alcaldía.

—Tranquilo Luzu —. Se acercó a su amigo y aparto los cabellos rebeldes que caían sobre su frente. —Lograremos resolverlo, como lo hacemos siempre.

Deposito un beso en su frente recibiendo unas risitas nerviosas; era increíble como algo tan pequeño traía la luz otra vez al rostro de Luzu.

—¿Hay mas de esos? —. El azabache señaló el papel que seguía en la mano de Luzu y este asistió.

Aquello puso alerta al de menor estatura, sabia que no era el pero aun así habría personas que creerían en la foto. En cuestión de minutos y por petición petición del castaño salieron prácticamente rumbo al pueblo quitando toda hoja falsa que encontrarán de camino y cuando estuvieron frente a la calle principal se sintieron muy ofendidos por la cantidad de papeles que había.

Los aldeanos no parecían tan escépticos como lo esperaban, les miraban con cierta repulsión o algunos fingían no verlos.

Tardaron un tiempo en quitar cada papel tratando de evitar cualquier mala mirada de los aldeanos hasta que unas risas conocidas llegaron a sus oídos.

Se miraron entre si, tratando de formar un plan rápido que hacer en cuánto los tuvieran en frente. Aun así el azabache sabia que sea lo que sea no terminaría bien así que tomo la mano del castaño y se escondieron en los arbustos de alguna casa.

—¿Pero que haces? —pregunto en susurro el mayor.

—Evitando un conflicto.

—¿A esto te refieres a evitar? —. Señalo con ironía su escondite.

Tras unos segundos de silencio el moreno respondió:

—¿Que propones?.

—Primero: asegurarnos de que fue Mangel.

Al igual que como lo hizo con el, tomo su mano y salieron de su escondite encontrándose a la pareja frente a ellos.

—Luzu —canturreo el de la banda en su cabeza. —¿Escondiendote otra vez y junto a Auron? —. La malicia y burla se notaba de tan sólo verlo.

El solo escuchar sus palabras le hicieron perder todo rastro de cordura que le quedaba y se abalanzó contra el de banda dispuesto a golpearlo, y así lo hizo. De alguna manera casi irreal los cuatro terminaron en una riña violenta.

No se dejaron de golpear el uno contra el otro de no ser por el viejo de barba que los miraba en silencio y con los brazos cruzados.

—Una mas y ambos quedan vetados de las elecciones —menciono con rigidez el hombre.

Ninguno rechisto y se dieron la mano en señal de paz aunque con una mirada de odio que no paso por desapercibidas para el de barba.

Las cosas de vuelta a la actualidad no eran muy diferentes: Mangel reventaba TNT y minas en casa de Luzu o el azabache y demás bromas pesadas.

Auron comenzaba a sentir que las cosas no estaban haciendo bien al castaño, de tan solo ver sus ojeras era más que evidente y la idea de renunciar le parecía cada vez mejor.

To be continued...

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Esperó que les haya gustado UwU
Se que no es perfecto pero igual lo escribo con mucho amor.
Muchas gracias por esas +450 leídas <3
No saben lo feliz que me hacen y mas cuando comentan, se que aveces no respondo pero es que se me olvida jsjs.
Y nada, si les gusto no olviden votar y comentar :3
¡Un besazo y hasta la próxima!.

-Sunshine