『ᴘʟᴀʏ ꜰᴀʟꜱᴇ』ᴋᴀʀᴍᴀʟᴀɴᴅ/ʟᴜᴢᴜᴘʟᴀʏ

Especial +3k (Maraton 3/?)

Doncellas.

Los dioses envían bendiciones -en su mayoría dones- a sus mas fieles creyentes, en agradecimiento de su lealtad. Para los humanos, las bendiciones son una maldición; aquellos que tienen un don, son considerados traidores que usaron la magia oscura. Son marginados y violentados, la mayoría terminan siendo exiliados de su pueblo.

Ahora que conoces esto, comprenderás mejor a, Persefone, la primer doncella, su nombre significa: "la que lleva la muerte". Y aun así ella, ama la vida.

[...]

La doncella con el don mas fuerte es Mónica. Su don lo descubrió cuando era adolescente. Unos hombres, la quisieron asaltar y en un intento de defenderse, término asesinando a los maleantes, accidentalmente. Su don es: "electricidad" y como su nombre lo dice puede controlar la energía eléctrica. Así que, al no saber de la existencia de sus don, lo uso en su máximo esplendor; un rayo cayó a los hombres, murieron lenta y dolorosamente mientras su cuerpo se quemaba, mientras Mónica estaba desmayada por el impacto.

Su familia era como cualquier otra, conformada por su madre, padre y hermano. Juntos intentaron sobrellevar el asunto, sin embargo, los poderes de Mónica cada vez se liberaban más.

Las aldeanos tachaban a la familia como 'hijos de la oscuridad'. Recibían humillaciones, burlas y hasta amenazas, si no se iban del pueblo, pero no eran ricos, no podían simplemente marcharse, ni siquiera tenían un lugar a donde ir.

La noche de un sábado, fue cuando comenzó todo. La chica, de en ese entonces, 15 años, dormía tranquilamente, hasta que el humo llegó a sus fosas nasales. Salió de su habitación aun adormilada, busco a su familia en sus habitaciones, pero nadie estaba.

Bajo al primer piso, en el momento equivocado, vio en primer plano, como un vecino de su pueblo asesinaba a su madre, sin piedad alguna. La brusquedad era tanta que incluso la sangre cubrió su mejilla. Miro al rededor; ahí estaba su familia, o al menos los cuerpos sin vida de su familia.

¿Qué debería hacer... Huir o acaso morir junto a ellos era la mejor?

No sabe que paso, o porque el impulso, sin embargo, en poco tiempo ya se encontraba corriendo, intentando perder a la multitud de aldeanos enfurecidos, que buscaban terminar con ella. Ni siquiera reconoce tener la velocidad y agilidad usada en el momento, se lo atribuye a la adrenalina del momento.

Maldice el momento en que ve la cerca que divide el exterior, de la aldea que por toda su vida, fue su hogar. Nunca había salido, mas haya de unos cuantos pasos.

Cruza la cerca sin esfuerzo alguno. Y agradece que los aldeanos enfurecidos se queden ahí... ¿Acaso no habría sido mas fácil exiliar a su familia, en vez de asesinarlos sin piedad?. El llanto se desata cuando procesa la información, ya no tiene nada, fue sacada de su hogar, su familia estaba muerta, ni siquiera tiene familia lejana que se pueda encargar de ella.

De a poco, sus piernas se detienen, junto con el peso de todas las cosas y la culpa persiguiéndola. De un momento a otro, ya esta tirada en el frío pasto, la tierra esta húmeda, producto de la recién llovizna. Ve una horda de bichos acercarse, ¿Esos eran los peligros de los que su madre siempre hablaba? Se asustó, más no hizo nada, espera con ansias su fin, después de todo, perdió lo mas importante, su familia

[...]

Ahoga un grito cuando despierta y no esta en su habitación. Los recuerdos de la noche anterior, le erizan su piel. Esperaba no volver a despertar. Mira a su alrededor, un mujer atiende sus heridas.

—Por fin despiertas... ¿Cómo estas?, ¿Te sientes bien?, ¿No estas resfriada? Estuviste mucho tiempo bajo la lluvia, y para cuando te encontré, algunos mood's estaban apunto de hacer de las suyas —La mujer habla rápido, apenas puede responder, aun así, le recuerda a las atenciones dadas por su madre  cuando estaba enferma. Su madre, no merecía todo lo que le paso, sin darse, las lágrimas volvieron a pasar por su rostro, viajando desde sus ojos, recorren sus mejillas y finalmente desparecen en su mandíbula —¿Que pasa, cariño?, ¿Te lastimé? —la mujer, aleja el paño y deja de limpiar las heridas, en espera de una respuesta que nunca llega.