Doce

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Llegamos a su Habitación y comencé a ver lo obscura que está era, todo estaba correctamente ordenado y los detalles en el orden de todo era impresionante, tenía una pileta de libros en su escritorio y un par de cigarrillos al lado.

Desde su habitación se apreciaba más el lago negro y era agradable, cuando llegamos, inmediatamente fue a su ventana, no le importaba si yo veía sus cosas, mientras no tocase nada.

Me acerqué a él a la ventana. -¿sucede algo?..- pregunte viéndolo, su mirada estaba perdida, pareciese como si algo le preocupara.

-¿Te interesa?- preguntó sarcásticamente aún sin verme.

—Pues, supongo.— dije confusa.

No respondió más que con una risa pequeña e igual sarcástica.

Me aleje y senté en su cama, en lo que él despejaba su mente o lo que sea.

-T/n, ven aquí.— me llamó y me dirigí hacia el.

-Nunca habías visitado mi habitación, hoy no tendremos sexo, o al menos aquí no.— dijo .

MATTHEO

-Bien, ¿entonces? ¿Qué hacemos aquí?- pregunto la chica parada frente a mi.

-Te trato hace poco tiempo y puedo decir señorita Evans, no somos amigos y tampoco la conozco, así que. ¿me daría el gusto de conocerla esta noche?— pregunté

—No entiendo bien Mattheo, pero claro.— respondió algo desconcertada pero con una ligera sonrisa y como no estarlo todos estos meses simplemente nuestra relación está basada en sexo, no somos amigos ni es mi chica.

Mi plan era saber sobre lo que supiese su hermano acerca de la profecía que pronto encontraría mi padre pero hasta entonces, debía hacer mi trabajo y aunque dije que no la metería en esto, es inevitable.

Me dirigí a mi tocadiscos y puse mi pieza favorita de vals, simplemente música.. me acerqué a ella y la tomé de la cintura acercándola a mí en una pose cómoda para bailar, me miro desconcertada, sin embargo no puso resistencia alguna.

Comenzamos a bailar por la habitación lentamente mientras evitaba mirarme, la notaba incómoda así que decidí romper el hielo.

-t/n , dime ¿te gusta mi habitación?- pregunte y ella me miro a los ojos.

-Si, tienes muchas cosas interesantes.— respondió aún nerviosa, la podía notar.

-¿Estas bien? ¿Quieres que paremos?— pregunte, a lo cual se negó y en cambio tomó sus brazos y los puso alrededor de mi abdomen, colocando su cabeza sobre mi pecho aún bailando, fue incómodo para mi, como dije, nadie nunca me demostró cariño, siquiera ella, la sensación era extraña.

Por fin acabo la canción y la invité a sentarse conmigo en mi cama, le invité un cigarrillo mientras pasábamos el rato solo viendo el techo de la habitación, sin ninguna palabra.

Hasta que -Oye, Riddle.- dijo su voz la cual me parecía odiosa pero al mismo tiempo exitante, -¿Si?-respondí serio.

-¿Te agradó?- preguntó , lo cual helo mi sangre, ¿que se supone que deba decir ahora?

-Eres...pues...eres buena en el sexo. Me agradas en ese aspecto.—

-Fingiré que eso no me dolió. Y... No, es decir yo.— dijo y realmente no sabía qué decirle, a veces siquiera yo mismo me agrado ¿y ella quiere saber si lo hace? Mierda t/n

De todas formas, tenía que persuadir su mente para que me diese respuestas a lo que quería.

-Si, creo que así es, me agradas t/n.- respondí.

INSACIABLE +18 (#1)  (Matteo Riddle y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora