Ella, una chica amable y feliz. Su vida, un autentico desastre gracias a él. No le dieron un libro de instrucciones de como afrontar algunas de las situaciones. Un lobo aparece de la nada y ella descubre un secreto del que no puede escapar.
Secuestr...
- Tíaaaaaaa, ¿dónde has estado? - dice Sophie abalanzándose sobre mí. Menos mal que tengo bien el sentido del equilibrio, porque por poco me tira.
- Seguramente debajo de las piedras - dice Yves abrazándome.
- Ja, ja, ja. Me parto - digo mirándolas seria. Que graciosa se cree -. ¿Es nuevo el bolso?
- Nena, todo lo que llevo es nuevo - dice Sophie, dando una vuelta como si fuera una modelo - Menos el uniforme.
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- ¿A mí no me preguntas? - dice Yves cruzándose de brazos como una niña chica, lo peor es que es la más mayor de las tres.
- ¿Son nuevos tus zapatos? ¿Y tu bolso? - digo alargando todas las palabras. Sophie y yo nos reímos.
- Sí, mira - dice Yves ilusionada. Nunca va a cambiar.
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- Bueno, ¿vamos a las taquillas? - dice
Empezamos a andar todas calladas, algo raro que nunca ha pasado.
Llegamos a las taquillas, las tres en el mismo pasillo pero separadas.
Cada una va a la suya. Cojo mis llaves del bolso y abro la taquilla. Es como la recordaba.
En la puerta hay un espejo decorado con brillitos plateados, con fotos de fotomatón a los lados. Debajo, una bolsita de tela morada con peines y pinzas. En la balda superior del interior hay un uniforme de sobra por si acaso - que tendrá que tener polvo -. Debajo hay cajas decoradas y dos perchas, donde suelo poner el abrigo y el bolso. Además hay libros de todo tipo, de romance, misterio... Por último hay otra balda abajo para colocar el paraguas y eso - pero yo guardo zapatos, como deportivas por si se me mojan cuando llueva-.
Cojo un libro, porque prefiero estar entretenida que dormida. Ya sabéis, el profesor Louis.
Cierro la taquilla, y veo otra vez a la chica rubia mirándome. Al parecer la puerta de la taquilla la estaba tapando de mi vista.
Esta chica ya me está poniendo nerviosa. ¿Le gusto o algo? ¿O me quiere secuestrar?
Sigo mirándola y ella no aparta la mirada.
Ton, ton, ton... Suenan las campanas del comienzo de clases. Las chicas me cogen del brazo para ir a nuestra aula.
- Buenos días estudiantes, espero que hayan disfrutado de las vacaciones de verano y que hayan aclarado sus mentes. Porque sabéis que ahora lo que toca es...
- Trabajar duro y obtener buenas calificaciones - decimos las tres terminando las palabras del director O'Brim a través de altavoces. Siempre dice lo mismo todos los años al comienzo de clases.
Cuando llegamos a la clase vemos caras nuevas. No somos las primeras en llegar por lo que veo. Me siento en la primera fila pegada a la ventana, Ives se sienta detrás y Sophie al lado mía (de manera que formamos un triangulo). Dejamos los bolsos sobre la mesa. Las tres estábamos juntas así que podíamos hablar de nuestras cosas mientras los demás dormían.
Siguen entrando más personas a la clase, ninguna sorprendente. Hasta que la chica miradas - ya le he puesto un mote - entra por la puerta. Se para de golpe y empieza a ¿oler? Yo la miro expectante, ¿qué hace esta tía? Justo después de pensar eso posa la vista en mí y abre los ojos, no de forma sorprendida, más bien de loca, parece que se le van a salir. Vale, esto ya me está asustando. Justo en ese momento entra el profesor Louis con folios en una mano y un maletín en la otra.
La chica se sienta al final de la clase sin quitarme ojo.
- Buenos días alumnos - Sophie, Yves y yo estamos giradas en las sillas viendo atentas a toda la clase, ¿quién sería el primero que se dormiría? -, habéis tenido mucho tiempo para disfrutar así que ahora toca hacer una prueba.
Después de terminar su discursito - si se le puede llamar así -, la mitad de la clase está distraída, si no es mirando el móvil, es durmiendo. Los únicos cuatro tontos dicen:
- Profesor Louis, por favorrrr.
El profesor se pasa las suplicas por donde yo me sé y empieza a repartir los folios.
Cuando me lo dá lo miro por encima.
- Esto es super fácil - digo hablando para mí.
No duro ni un minutos escribiendo - mi nombre y mis apellidos - cuando suelto el bolígrafo frustrada. ¿Quién coño había hecho este examen? ¿El diablo? Era imposible de hacer.
Miro a Sophie, que no para de ver a las musarañas, como si les fueran a decir las respuestas del examen. Según ella dice que estudia mirando para arriba, entonces cuando lo hace en los exámenes le vienen las palabras. La cosa es que no ha escrito nada.
Miro para atrás y me sorprendo con lo que veo. Yves ya tiene casi toda la primera pregunta terminada. Yo flipo, ¿esta tía como cojones se acuerda de lo que dimos el año pasado?
Vuelvo a mirar mi examen e intento hacerlo como puedo.
- Empiezo bien la primera hora - digo soltando una risa ahogada que solo la pudiera escuchar yo.
