27. Eres tú

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Narra Killiam

Con las pocas fuerzas que tengo me llevo la mano al bolsillo para buscar mi móvil y llamar a Kyle.

Se han llevado a Kayla y no he hecho nada para evitarlo. El simple hecho de imaginarla con esos vampiros me dan ganas de vomitar, ¿le harán algo? ¿o se lo habrán hecho ya?

Dejo de pensar en cosas en las que no quiero ni saber la respuesta.

Marco su numero y después de tres pitidos contesta.

- Killiam, ¿dónde estáis? - 

- Ayuda... Kayla... Se la han llevado... Carretera... Sangre - es lo único que puedo articular.

- Todavía sigo aquí en la discoteca, espérame - su voz se encuentra agitada. Cuelga.

Mis ojos se cierran de repente sumiéndome en una intensa oscuridad.


Narra Kayla

Después de correr unos kilómetros bosque adentro llegamos a una especie de castillo escondido entre altos árboles, matorrales salvajes y niebla. 

El suelo está lleno de piedrecitas lo que dificulta mi andar con los tacones, pero tampoco es que me hayan ofrecido llevarme en brazos ni nada

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El suelo está lleno de piedrecitas lo que dificulta mi andar con los tacones, pero tampoco es que me hayan ofrecido llevarme en brazos ni nada.

- Claro y que te den un refresco - ahora apareces.

- Hemos llegado - dice un tal Christian, al que los otros se dirigían como tal. Un chico rubio, parecido a Dylan en aspecto físico pero tenía las cosas claras en su cabeza.

No sabía donde me encontraba, solo se que he corrido muchos kilómetros hasta llegar a un lugar en el que hace mucho frío y lo único que se escucha son cuervos volando de un lado del castillo a otro. Los árboles hacen sombras como si fueran monstruos que estuvieran custodiando el castillo, esperando una señal para desencadenar sus raíces del suelo y empezar la pelea. La verdad que en este punto me puedo creer cualquier cosa.

- ¿Dónde estamos? - miro a un lado y a otro intentando diferenciar entre todo el espesor de la niebla.

- Ya te lo contarán - ¿quién me lo contará? La verdad es que no se si es por mi, pero nunca me responden a mis preguntas como yo quiero, simplemente me dan respuestas que no se ni por donde cogerlas.

A través de un gran sendero de piedra llegamos a la puerta principal que se abre de par en par soltando crujidos insoportables para el oído. 

Antes de entrar una brisa de aire frio hace que me estremezca, erizando cada pelo de mi cuerpo. Mi corazón está cada vez más nervioso pensando en lo que se encontrará en este lugar.

Kena ha estado todo el camino ideando un plan para escapar, pero o no tenía sentido o había algún fallo en él. De todos modos no creo que podamos escapar de ningún modo, pues el castillo tiene suficiente vigilancia.

Mis secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora