Cuando abro la puerta no hay nadie en el pasillo, no está Luz, ni Christian.
- Te lo he dicho, te estás enamorando - Kenna aparece otra vez, solo para decir cosas sin sentido - Y como lo hagas no te hablaré en mi larga vida, ¿me escuchas?
La ignoro, no tengo tiempo para discutir con ella. Solo quiero bajar a desayunar.
Uno, porque quiero saber quien es el que me retiene aquí.
Dos, tengo mucha hambre.
Intento recordar por donde tengo que ir. ¿A quién se le ocurre dejar a alguien solo, la primera vez que está en un lugar?
Intento ir por los lugares más familiares, recordando la caminata de ayer.
Pero es imposible, este lugar es demasiado grande. Solo puedo pensar en lo a gusto que habría estado en mi casa si no hubiera aceptado ir a la fiesta. Ahora estaría desayunando en la cocina, con mis hermanos pegados a mis oídos recordándome lo gilipollas que había sido Noah por dejarme.
Noah.
Todavía no consigo averiguar por qué se fue. Las primeras noches estuve encontrando una excusa, como que se había ido por algún problema, o que simplemente vendría más tarde. Pero fueron pasando los días e incluso semanas y esas excusas se esfumaron, dejándome con seguridad de que me había abandonado.
Todos los días me dije a mí misma que por qué me comportaba de esa manera, era solo un tío, un tío que me había dejado. Lo conocía de algunos días, solo era eso. Pero al parecer mi corazón no lo decía. Hasta ayer no sabía nada de él, y justo cuando lo vi todos los recuerdos vinieron a mí.
Pero todo eso se tiene que ir, no voy a ir detrás de un chico que no me quiera o que no confía en mí para decirme las cosas. Por lo que seguiré con mi plan; cuando consiga lo que quiero me iré de este castillo y volveré con mis hermanos que son los únicos que sé que me quieren de verdad.
Justo cuando vuelvo a bajar por las escaleras de mármol, una chica de mas o menos mi edad con la misma ropa que Luz se tropieza conmigo haciendo que la bandeja que tenía en sus manos callera escalones abajo seguido con tazas rotas, que por suerte están vacías.
- Lo siento - me limito a decir mientras ayudo a la chica a recoger todos los pequeños trocitos de tazas rotas.
- No señorita, ha sido mi culpa - su voz suena quebrada -. Cuidado, se puede cortar...
Ups, ya era demasiado tarde. Sangre salía de un pequeño corte que me había hecho en el dedo índice.
Cuando la miré para tranquilizarla sus ojos empezaron a llenarse de lagrimas.
- De verdad estoy bien.
Me chupo el dedo para quitar las pequeñas señales de sangre y sonrío en su dirección.
Ella en respuesta recoge todo y se va a la velocidad de la luz, sin darme cuenta.
Sigo bajando las escaleras preguntándome lo que había pasado. Esa chica parece que no es feliz aquí.
Al llegar a la planta baja hay una estatua masculina de mediana edad con una bandeja en la mano, sosteniéndola, vestido de pingüino. No recuerdo haber visto esto cuando llegué ayer.
Pero justo cuando lo iba a pasar de la nada la estatua cobra vida.
- Señorita...
- Joder, que susto - mi corazón late a mil por hora. Al parecer eso no era una estatua, era un hombre -. La próxima vez muévete o algo para que sepa que eres de verdad.
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Mis secretos
WerwolfElla, una chica amable y feliz. Su vida, un autentico desastre gracias a él. No le dieron un libro de instrucciones de como afrontar algunas de las situaciones. Un lobo aparece de la nada y ella descubre un secreto del que no puede escapar. Secuestr...