31. Imaginado bien

653 57 1
                                    

No, esto no podía ser real. De verdad lo había visto en la fiesta, no era una alucinación.

Mi corazón empezó a latir a mil por hora, y mis ojos amenazaron con cristalizarse.

Justo detrás de él salieron mis hermanos, pero yo solo podía ver a Noah viniendo hacia mí, con la intención de darme un abrazo. Mi cabeza me decía que no lo hiciera, que primero necesitaba explicaciones por su parte, pero mi corazón decía lo contrario, solo quería abrazarlo y besarlo. Es lo único que necesitaba es estos momentos.

Kenna tomo el control por mí y se abalanzo a sus brazos, los que recordaba cálidos y seguros, como ningún otro. 

Después de eso lo único que recuerdo fue perderme en sus besos, besos que expresaban deseo, angustia y que hacía mucho tiempo que no probaba. 

De sus brazos pasé rápidamente a los de Killiam, que me arrastró hacia su cuerpo. Pude notar que con el impacto del abrazo sus músculos se tensaron y una queja salió de sus labios. Pero no me apartó. 

Seguramente tenía que estar muy dolorido, no sabía como habría estado después de esa paliza, la cuál estuve pensando durante todo el camino al castillo.

- Princesa, ¿cómo has estado? - dijo Kyle llegando y apartándome de los brazos de Killiam para acabar en los suyos. En ese momento me sentí aliviada al estar en casa por fin, con mis hermanos.

Logré ver la expresión de Noah mientras que sus dos acompañantes llegaban a la vez junto a él. Su cara solo mostraba tristeza y preocupación. Esa que yo tuve durante tres meses en los que se fue.

- Dónde coño están esos vampiros, que me los cargo - Killiam se deshizo del abrazo y empezó a mirar de un lado a otro mientras que se remangaba las mangas de su camisa. 

Estaba muy gracioso. No quería reírme de sus dotes de pelea, pero como se vio ayer no creo que hubiera aguantado mucho más, aunque también es verdad que iban en desventaja.

Kyle seguía abrazándome por lo que se llevó más de una mirada de pocos amigos de Noah, que al parecer quería seguir abrazándome. Pero yo solo quería explicaciones.

Por su expresión supe que me había leído la mente, y creí haberle dicho que no lo hiciera. No creo que entienda la privacidad de pensar.

Volviendo a dirigir la mirada a Kyle, que ya me había soltado y estaba mirándome, esperando respuestas por mi parte.

- De verdad que estoy bien, no me han hecho nada - digo dando una vuelta para que vean que no he estado nada mal - ¿Veis?

La verdad que simplemente con verme lo entenderían todo

- ¿Por qué vas así? - dijeron todos al unísono, refiriéndose a mi ropa.

- ¿No te he dicho que me han tratado bien? - me dirijo solo a Killiam, ya que tenía intención de poder encontrar a algún vampiro.

- ¿De verdad que no están por aquí? - él seguía buscando de un lado a otro.

- Que no, que se han ido. Además me ha traído un chofer - en ese momento Kyle me cogió la maleta de mi mano, junto con los donuts y me sujetó para guiarme a la casa.

- Vamos a hablar dentro - dice mientras atravesamos las puertas de entrada.

Todos estamos sentados en el sofá, Kyle y Killiam esperando mis explicaciones. Y los otros tres  estaban en frente nuestra.

- ¿No habías dicho que íbamos a hablar en PRIVADO? - Killiam se giro en dirección de Noah.

- Si es por mí, no me pienso ir - dice cruzándose de brazos - Kayla es mi luna.

- Todavía no es oficial - contrataca Killiam, sin ningún miedo.

Ahí tenía razón. Norah me había dicho que hasta que el alfa no marca a su mate en su primera noche juntos - la primera noche teniendo relaciones -, no se la podía considerar su luna. La marca es algo así como un mordisco para marcar territorio - una palabra que no me gustó oír por parte de ella -. Dice que duele mucho, pero el dolor es momentáneo. La marca queda expuesta solo esa noche, al día siguiente desaparece dejando un olor en la loba, que al parecer cualquiera que se acerque a ella sabe que es la mate del alfa, la luna.

Noah se levantó del sitio y estoy segura que estuvo a punto de tirarse encima de Killiam si no hubiera sido por la ayuda de Sebastian y Luke que lo sujetaron con toda la fuerza posible.

- Preferiría hablar con mis hermanos primero, y después contigo - sabía que lo que tenía que decir no era algo simple. Y tampoco quería que comenzara una pelea.

- Yo todavía no calo a este tío - me susurra en el oído haciéndome reír, por primera vez desde que he llegado.

- Además con el numerito que formaste al irte ella ya no tiene nada que ver contigo.

- Sí tengo que ver con ella te guste o no, es mi mate - su mirada se posa en mí y sus codos se apoyan en sus rodillas para estar más cerca de mí.

- Incluso serás la madre de mis hijos - sus ojos se vuelven nublados. No quiero saber en lo que estará pensando, ya que me lo imagino.

- Pues has imaginado bien - por fin te dignas a aparecer.

La verdad es que me estoy sintiendo un poco utilizada en estos momentos. La conversación no puede seguir por ahí.

- Sebastian, Luke, iros - les dice Noah. Su mirada no se había apartado de la mía.

- Que tu también te tienes que ir, ¿es que en tu cabeza no hay neuronas para entender las cosas? - se iba a liar, si no callaba a los dos de una vez no acabaríamos bien.

- Más que en la tuya seguro - Killiam se pone tenso, se perfectamente que no le gusta que le insulten.

- ¡Vale! ¡Callaros ya de una vez todos! - Kyle nos hizo callar de una sola voz, la cuál sonaba estricta y cansada. Se dirigió a mí - ¿Es por lo del matrimonio, verdad? - tras su pregunta, todos los ojos de la sala se clavaron en mí, incluidos los intensos de Noah.

Vale, ¿cómo lo sabe?

Me paré a pensar un momento. ¿Esto es otro de los secretos escondidos que no me contaría hasta que yo lo descubriera? Porque si es así tendré que saber si hay algo más que me está escondiendo.

- ¿Cómo lo sabes? - le digo mirándolo a unos ojos heredados de nuestro padre - ¿De verdad me lo ibas a ocultar? ¡Kyle, me han tenido que secuestrar para que lo supiera!

Todos los espectadores en esta conversación no daban crédito. Luke y Sebastian miraban a Noah, que estaba tenso, dando vueltas por el salón intentando controlarse a sí mismo y Killiam estaba a mi lado, con la mirada perdida en un punto indescriptible.

Espera.

- ¿Tú también lo sabías? 

No hubo falta que me respondiera, ya que su mirada me lo demostró todo.

- De verdad esto es increíble, ¿no pensabais decírmelo? - me llovo las manos a la cabeza, sin poder imaginarme todo esto - Ahora lo que falta es que me digáis que no sois mis hermanos - mi risa era seca.

Los dos me miraron con sorpresa a mi repuesta.

Vale, como no me respondan en menos de diez segundos, lo creeré de verdad.



-----------------------------------------

Capítulo nuevo  😊😊

Besoss a todos los que leeis mi novela   💋💋💋

Mis secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora