22. Parejita

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Cuando llegamos a la casa empiezo a oler a coco y a menta. Corriendo salgo del coche.

- Te lo dije - me dice Kena.

- ¿Qué te pasa? - dice Norah.

- Huelo algo, y quiero encontrar de donde viene.

- Yo se lo que es - dice Killiam a mi lado resoplando.

- ¿El qué? - estresada, esperando a saber la respuesta a mi pregunta.

- Ese olor es de Noah - dice Norah riéndose por las expresiones de Killiam -. Como ya has cumplido los dieciséis, puedes oler a tu mate, y muchas cosas más, que supongo que no soy la más indicada para decírtelas.

Después de escuchar eso, salgo corriendo. Subo las escaleras y sigo el olor hasta una habitación. Abro la puerta como una loca y me encuentro a Noah tumbado en la cama con su móvil.

- ¿Qué te pasa? - dice preocupado.

Me abalanzo sobre él y empiezo a oler su cuello. Huele tan bien...

De un momento a otro Noah nos cambia de posición, y con sus manos pega mis brazos al colchón.

- ¿Te has enamorado de mi o algo así? - se escucha una risita.

- Cállate - gruño -. Sabes que si, y no puedo evitarlo.

- Creo que ahora te podré llevar conmigo - tiene una sonrisa en la cara. Se cree que no lo he escuchado.

- ¿Sabes que por mucho que te quiera no va a cambiar lo demás, verdad? - le digo con una sonrisa.

- No creo - empieza a acercarse lentamente a mí para besarme.

Estamos a escasos centímetros de besarnos, cuando para y me susurra:

- Sé que no te podrás resistir - me da un beso y se separa, y se va hacia la puerta.

¿Se cree que se va a ir así, sin mas? Estas muy equivocado.

Corriendo lo cojo del brazo, que hace que se gire y sin darle tiempo a respirar lo beso. Cuando estoy con Noah siento como maripositas que quisieran salir de mi estómago, antes no sabía lo que era, pero ahora sí.

Al separarme de él por falta de aire, escucho un gruñido de su parte. Me agarra de la cintura acercándome a él, haciendo que volvamos a besarnos.

No se como pero hemos acabado en la cama, él encima mía.

Utilizo mi cabeza y me doy cuenta que el no tiene intención de parar, y como no pare mejor ni hablar.

Me separo de él y vuelve a gruñir, pero esta vez no dejo que vuelva a besarme.

- Ahora quien es el que no se puede resistir - me rio.

Noah está apoyado con los brazos al colchón para no aplastarme. Se quita de encima mía y se tumba en la cama, a mi lado.

- Kayla White, me vas a volver loco - se gira para mirarme.

Yo me giro y lo que veo no lo puedo explicar. Tiene los ojos de color negro intenso, como el carbón. Me estoy asustando, no por el miedo, sino por lo que significan esos ojos.

Norah me estuvo contando que nuestros ojos podían cambiar de color según nuestro estados de ánimo. Si se ponían rojos, era por enfado, pero cuando se ponían negros la lujuria entraba en juego. Cuando me dijo eso, yo me quedé espantada, además añadió que les era difícil pararse en momentos como esos. De ahí llegamos a otro tema, que ese ya se me iban a salir los ojos cuando lo escuché. Al parecer los lobos machos tienen un mes de celo, es decir un mes en los que ya se sabe lo que pasa.

- ¿En qué piensas? - me dice, sus ojos han cambiado de negro a azul claro, su color de ojos original.

- Yo... nada...

- So peazo tonto, que puede escuchar tus pensamientos - me dice Kena.

Vale, ya la he cagado. Ya para que le voy a explicar nada.

- Quita esa cosa, para que no se entere - tarde, ya ha cerrado el link y Noah lo ha escuchado.

Lo miro esperando que no diga nada.

- No tienes por qué quitar el link, simplemente dime que no quieres que te lea tus pensamientos - dice con una sonrisa pícara sin dejar de mirarme.

Simplemente no quiero que sepa lo que pienso, es algo incomodo.

- Está bien, no te los volveré a leer si tu no me lo permites - me sonríe y me da un casto beso en los labios.

Y se ve que no se queda satisfecho que vuelve a besarme y acabamos en la misma posición de hace un rato.

- Noah, necesitamos hablar con... - miro a la puerta y están Sebastian y Luke quietos - tigooo.

Luke, que creo que es el que ha dicho eso, se rasca la nuca y suelta una risa ahogada.

- Uyyy, que parejita - dice Sebastian mirando a Noah -. No me vayáis a dar a un sobrino todavía.

- Te quieres callar e irte - dice Noah mirando por el rabillo del ojo, con cara de enojo. Ya podía ver su cabeza con llamitas encima.

Intento levantarme de la cama, porque como que no me da la gana de que hablen así sin mas y yo aquí viendo todo el panorama, o mejor dicho ellos viendo el panorama.

Después de intentarlo dos o tres veces lo consigo.

- Bueno, os dejo que habléis - antes de que me vaya me coge de la cintura y me da otro beso.

No han pasado ni diez minutos desde que nos hemos visto y ya he perdido la cuenta de los besos.

Mis mejillas se vuelven rosadas y Noah se ríe en mi oído, una risa ronca.

- No te vas a escapar tan fácilmente de mí - me da un beso en la mejilla y yo salgo de la habitación.

- La cuñada no creo que se libre por la noche - es lo único que puedo escuchar.

Acelero el paso de la vergüenza y me voy a la habitación. Cojo ropa para cambiarme y entro al baño.

Cuando ya termino de cambiarme, me quedo sentada en la silla de mi escritorio, recordando las palabras que habían dicho

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Cuando ya termino de cambiarme, me quedo sentada en la silla de mi escritorio, recordando las palabras que habían dicho.

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Hola a todos, nuevo capitulo después de mucho tiempo 😜😝

Espero que os guste 💝🤞

Si os gusta, quiero ver esas estrellitas ✨✨

#Quería aclarar que las frases o palabras en negrita se refieren al link entre Kena (su loba) y Kayla, en este caso.

Mis secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora