Capítulo 26. La Llegada Del Bebé

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Año 851

—¿Cómo está? -preguntó angustiado el señor Ral entrando a su hogar.

Levi mostrándose frustrado y muy nervioso simplemente negó con la cabeza dando a entender que en realidad las cosas no estaban bien.

—El doctor sigue revisándola. Pero tomando en cuenta que los últimos días no se había estado sintiendo muy bien, me preocupa lo que tenga que decirnos el médico. Lo único que espero es una explicación diferente -le dijo Levi. Cuando estaba nervioso o algo le preocupaba acostumbraba a hablar mucho.

El doctor salió de la habitación donde descansaba Petra y se acercó a Levi y el señor Ral. Saludó cordialmente a este último antes de empezar a explicarles la situación.

—¿Cómo está mi hija, doctor? -preguntó.

—Entiendo si lo que digo es difícil de entender, pero es necesario que se mantengan tranquilos e intenten no alterar a la futura madre -comenzó el médico intentando calmarlo antes de darles la información- ella está bien, afortunadamente no corre peligro su vida ni tampoco la del bebé -El doctor no les decía toda la verdad para no alterarlos, sin embargo, ella sí corría peligro- El problema es que el bebé ha crecido demasiado, y el cuerpo de la señorita Ral es muy pequeño. Por esto mismo le faltan fuerzas y tiene malestares tan frecuentemente.

—Usted no es el primero que la atiende, los anteriores nos dijeron lo mismo -dijo Levi.

—Entonces imagino que comprenderán que la única solución es la que los médicos anteriores ya les han propuesto. Incluyéndome, considero que es vital para la salud de su esposa.

Petra se encontraba muy débil, tenía 8 meses de embarazo, y después de haberla visto un par de doctores habían concluido que inevitablemente el bebé nacería antes de los 9 meses. La fecha estaba muy cerca.

—Entiendo -dijo Levi resignado.

—Lo hablé con su esposa y programamos el parto para esta semana. Tienen que estar atentos, en cualquier momento pueden comenzar las contracciones, en caso de que no se de naturalmente, tendremos que ayudarla de forma manual. La cuestión es que ese bebé nazca lo antes posible.

Levi no dijo nada y el padre de Petra se encargó de despedir al doctor y darle las gracias. Levi se quedó unos minutos en la cocina meditando la situación y juntando valor para entrar a la habitación donde Petra se encontraba.

Así dejó pasar una hora, en la que dejó que el señor Ral hablara con su hija a solas y la consolara. Pero cuando lo vio salir de la habitación listo para irse, entendió que ya no podía esperar más. Se despidió cordialmente de su suegro y se quedó mirando hacia la puerta frente a él unos segundos, pensando.
Camino a paso lento hacia su habitación y se decidió por abrir la puerta. Cuando lo hizo vio a Petra recostada de costado, con los ojos cerrados y sus manos sobre su vientre.

Entró pero no tenía intención de molestarla, por lo que no dijo nada y se limitó a sentarse al otro lado de la cama. Y mirarla con resignación. Petra sintió el peso del cuerpo de Levi sobre la cama y abrió los ojos, levantó la mirada y lo notó observándola. Decidió enderezar su cuerpo para acercarse.

—No te molestes -dijo Levi deteniéndola- si estas cómoda así, no te muevas.

—Bien -dijo Petra volviendo a recostarse- ¿cómo estás? -le preguntó.

No se habían dirigido bien la palabra los últimos días, Levi la evitaba y Petra se sentía cansada y adolorida. Levi en el fondo sentía culpa por los malestares de Petra, por lo que no quería estar cerca.

Confusión entre el amor y el respeto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora