Confusión entre el amor y el respeto.

Capítulo 9. Confesión.

Ambos entraron a la habitación de la chica despacio y sin prisa. Una vez ambos dentro, Petra decidió que no era necesario seguir siendo auxiliada por Levi así que se distanció un poco y se acercó por su cuenta hasta su cama para acostarse y cubrirse con las mantas.

Levi decidió limitarse a verla y no decir nada hasta que tener claro lo que quería compartirle. Acercó una silla hasta dejarla a un costado de la cama de Petra, lo suficientemente cerca para mantener una conversación hasta cierto punto, "cómoda". Tomó asiento y dirigió su vista a ella.

Estaba ligeramente sonrojada y se le notaba nerviosa, tenía su mirada centrada en sus manos que descansaban en su regazo.

Levi decidió tener paciencia, tampoco era fácil para él pero, esa conversación no se pospondría más, era necesario hablarla en ese momento.

Después de un par de incómodos minutos de silencio y sin cruzar miradas, Petra inhaló profundamente y levantó su mirada encontrándose con la de su superior.

Levi la miró con neutralidad mientras que ella aún sonrojada, lentamente le mostró una sonrisa que sin intención alguna, suavizó un poco el ambiente tenso entre ambos.

Levi decidió devolverle una muy ligera sonrisa sin dejar de mirarla, lo cual, relajó un poco más a Petra que no dejaba de mirarle aún con una sonrisa en su rostro.

Así pasaron otro par de minutos, mirándose mutuamente con una inmensa necesidad de confesarse de una vez por todas, perdidos en la penetrante mirada que ambos se daban.

Petra se cansó, tardó en darse cuenta que Levi no hablaría primero así que, desvió un poco su vista de él y comenzó a hablar.

—Capitán Levi...-dijo aumentando su sonrojo y con nerviosismo en su voz.

—¿Sí?-dijo Levi aliviado de que ella tomara iniciativa aún mirándola.

—Es que no sé cómo empezar...la verdad es que tengo mucho que decirle, pero me da miedo su reacción y que nuestro trato actual cambie.
Quiero que sepa que mi intención nunca fue ni será faltarle al respeto, yo realmente lo quiero...-se obligó a sí misma a callarse-lo aprecio...mucho, capitán, pero usted también el día de hoy me ha dejado muy confundida, por decidí qué se lo diría.

Levi escuchó atentamente, la tonalidad de su dulce voz lo calmaban, adoraba escucharla hablar.

—Mmmmjj...-no dejó ni un momento de mirarla-entiendo que tengas miedo, después de todo soy tu superior y tú eres mi subordinada, pero debo decir que yo también siento una enorme necesidad por decirte como me he estado sintiendo. Tengo miedo que te alejes de mí y creas que mis intenciones son otras pero, ¿qué te puedo decir, Petra?, realmente lo necesito, ambos lo necesitamos.

Petra lo miró con atención, y con cada palabra que él articulaba su sonrisa aumentaba. No creía que existiese una posibilidad de ser correspondida, ella simplemente planeaba liberarse para no contener más sentimientos.

—Entiendo, capitán. Es un alivio, ¿le gustaría que empezase yo?-preguntó apenada.

Levi se limitó a asentir mientras la miraba.

—Bueno...esto no es nuevo, el día en que me asignaron a su escuadrón me sentí inmensamente afortunada de poder compartir misiones con usted y mis compañeros. Al principio era simple admiración y un inmenso respeto, después de todo usted es el hombre más fuerte de la humanidad, es el mejor soldado que la Legión pudiese tener. Es por eso que me sentía muy feliz y plena de poder servirle a usted. Sin embargo, supongo que...mmmm-se detuvo un momento, estaba por confesarse y aún no se encontraba completamente segura de que fuese una buena idea. Se sonrojó de más notablemente y bajó la mirada preparándose para seguir.