Confusión entre el amor y el respeto.

Capítulo 18. Soldado Caído (La Aparición Del Titán Hembra)

Año 850

A pesar de todo lo ocurrido, tal y como ella había imaginado, se volvieron muy cercanos a Eren en muy poco tiempo. Después de todo el muchacho tenía iniciativa, quería aprender y no se cansaba de preguntar cosas. La verdad era que el escuadrón completo terminó por encariñarse, no había duda de ello. Y si bien, Levi no daba indicios de ésto, Petra sabía que le agradaba aunque fuese un poco.

Dos semanas habían pasado desde su llegada, y siempre obedecía y acudía al llamado de cualquier integrante del escuadrón. Hacían actividades juntos y le enseñaron técnicas para que mejorara sus habilidades y movimientos durante las expediciones.

Una tarde como cualquier otra, Eren se encontraba conversando junto con Auruo y Petra cuando a lo lejos, logró ver a sus antiguos compañeros emocionándose.

—¡No puede ser, son ellos! -dijo exaltado el Castaño- señorita Petra, Señor Auruo, ¿puedo ir a saludarlos?

—Seguro, Eren -dijo Petra sonriéndole- ve sin problemas.

Auruo simplemente asintió.

—Muchas gracias. Volveré en un momento -dijo comenzando a correr hacia sus amigos- ¡Chicos!, Mikasa, Armin. Todos están aquí, tenía bastante que no nos veíamos...

Y así, Petra junto con Auruo admiraban a lo lejos el emotivo reencuentro. Petra sonrió con melancolía, y sintiendo una mirada sobre ella, atrapó a Auruo observándola con un ligero sonrojo, el cual al notar que Petra lo había descubierto, cambió rápidamente la dirección de su mirada. Ella lo miró alzando una ceja pero decidió no darle mucha importancia.

—Debes estar realmente cansado, Eren. Seguramente han estado haciéndote trabajar demasiado experimentando contigo, y ese enano... Haré que se arrepienta por lo que te hizo cuando lo vea -le dijo Mikasa a Eren angustiada mientras lo revisaba.

—¿Hablas del Capitán Levi?, relájate, Mikasa. No me han tratado mal en lo absoluto, en realidad todo ha estado bien...

Habían llegado todos los nuevos miembros del cuerpo de exploración, y curiosamente Eren había notado que estaban muchos de sus viejos compañeros reclutas. Estaban por ir a una nueva expedición, cuyo objetivo, desconocían. Pero todos esos novatos participarían en ella, el día siguiente.

—¿Recuerdas cuando nosotros recién llegamos? -le preguntó Petra a su compañero sin apartar la vista del grupo de chicos- No voy a mentirte, estaba realmente asustada.

—Yo también lo estaba -respondió Auruo mirándola nuevamente con el sonrojo anterior- recuerdo que en cuanto te vi, me relaje. Sentí como si me quitaran un peso de encima y me sentí seguro.

Petra se sorprendió enfocando su mirada en el y notándolo nuevamente sonrojado.

—Y... -Auruo desvió la mirada- cuando me enteré que habíamos sido asignados para el mismo escuadrón, no pude evitar sentir una inmensa felicidad.

Petra lo miraba con una sonrisa, ella recordaba con claridad aquellos días. Cuando vio por primera vez a su capitán y conoció a sus compañeros, el inicio de todo. El día que conoció por primera vez a su pareja de vida.

—Yo... -lo miró a la vez que pensaba- yo tenía mucho miedo, aún después de haber sido asignada a nuestro escuadrón. El capitán Levi siempre irradiaba talento y fortaleza, y eso me incitó a entrenar más y esforzarme el doble -bajó la mirada- y bueno, si prometes no decirle a los otros dos...

—¿Q-qué?... -preguntó nervioso Auruo mientras la seguía mirando sonrojado.

—Tú siempre fuiste el que más cómoda me hizo sentir. Me hiciste reír, me viste llorar, me viste muerta de miedo. Eres al que mas cariño le tengo. Somos en general un buen equipo, todos. Nos cuidamos entre nosotros y... -volvió a verlo- creo que hemos cultivado una hermosa amistad, los quiero demasiado a todos.