Capítulo 11. Beso nostálgico.

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Año 847–23 hr antes de la Misión.

El día transcurrió con normalidad. Todos habían hecho la misma monótona rutina y se encontraban reunidos sentados al rededor de la mesa situada fuera de la cocina, en espera de que Levi se presentara a explicarles a detalle cómo se llevaría a cabo la misión próxima.

Seguían charlando cuando Levi se aproximó a ellos. Había estado ausente durante varias horas del día encargándose de obtener toda la información necesaria para su misión del día siguiente. Por lo cual, sus cadetes se quedaron solos en ese lapso de tiempo.

Se acercó a la mesa donde estaban sentados y colocó un par de hojas sobre ésta.

—Bien, comencemos -dijo mientras tomaba asiento a un costado de Petra y tomando nuevamente los papeles poniéndolos en el centro- es la misión de la que les hablé el día de ayer. Está toda la información que necesitamos. Será mañana a medio día en la parte superior de Shingashina, debemos estar puntuales. El día de hoy lo dedicaremos a entrenar. Vamos a salir unas cuantas horas, eso será suficiente. Prepárense y preparen lo necesario, los esperaré afuera. -terminó de decir levantándose y tomando las hojas poniéndolas entre las hojas de uno de sus libros.

—Sí, capitán -dijeron todos mientras salían uno a uno a equiparse con lo necesario y alistar sus caballos.

—Petra, tú no. Espera un momento -pidió Levi consiguiendo que la mencionada se detuviera dejando que sus compañeros salieran.

—¿Sí? -preguntó con una sonrisa.

—No creo que sea buena idea que vayas. Aún no estás del todo recuperada. Cualquier distracción o malestar podría costarte caro. No. No irás -dijo con decisión mientras negaba con su cabeza.

—Pero Heichou, debo ir. Realmente me siento bien, no tengo fiebre y mi cuerpo está reaccionando de manera normal. Prometo que no me pasará nada. Puedo demostrárselo en cuanto salgamos a entrenar -dijo con insistencia.

—Entiende, Petra. En la misión no podré estar cerca de ti para cuidarte si te llegas a sentir mal, no podré prestarte toda mi atención como lo haría en un simple entrenamiento...

—Nunca me ha cuidado de esa forma. -lo interrumpió secamente- no es necesario que me cuide, no quiero que lo haga. Es mi capitán y yo debo seguir sus órdenes y siempre tratar de cuidarlo y atenderlo, no lo contrario...

—Calla, Petra -dijo irritado, ahora el que interrumpía era él- No por el simple hecho que no te haya dicho como me he estado sintiendo antes, quiere decir que no te haya estado cuidando ni prestado atención. No. Siempre lo he hecho, desde el primer día en que fuiste asignada a mi escuadrón te he cuidado, obviamente con discreción y a mi manera, pero lo he hecho. Y exactamente, soy tu capitán. Debes obedecerme, pero no estoy de acuerdo con esa mierda de que sientas que debes cuidarme y atenderme. No, Petra. Al menos eso no aplica contigo, y no debería aplicar con nadie. Soy igual a ustedes, simplemente con un puesto superior.

—Eso lo sé, pero yo no...

—No he terminado -la cortó de inmediato- ¿por qué te molesta tanto el hecho de no ir a una misión sumamente delicada y riesgosa? -preguntó intrigado.

—Porque no hemos tenido una misión así en un tiempo y quiero ayudarlos.

—Esa respuesta no es lo suficientemente convincente como para que ceda.

Confusión entre el amor y el respeto. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora