Confusión entre el amor y el respeto.

Capítulo 4. Solos...

Un nuevo día empezaba y cierta chica pelinaranja, aún no despertaba.

Levi había decidido que ese día irían a complementar sus alimentos al mercado más cercano de la muralla Maria, no quería perder mucho tiempo yendo a un lugar más alejado de los cuarteles.

Así que se dispuso a supervisar que su escuadrón estuviera despierto, y con sus obligaciones ya hechas, para poder dar la orden y salir en busca de más alimento. Y así lo hizo, todos a excepción de Petra y Auruo que limpiaba el establo, ya estaban situados en la cocina bebiendo café y desayunando algo, pero cuando llegó Levi dejaron de hacer lo que hacían y lo saludaron con respeto.

-Buen día capitán!-dijeron a la vez Gunther y Erd.

-Buen día...-dijo Levi percatándose de que sólo estaban ellos dos.-¿Dónde están Petra y Auruo?-preguntó tratando de sonar casual.

-Auruo está ejecutando el aseo del establo y terminando de bañar a los caballos-dijo Gunther.

-Y Petra no la he visto en toda la mañana.-dijo Erd dirigiéndose a Levi.

-Ya veo...iré a buscarla a su habitación, por favor, cuando Auruo termine díganle que se aliste, vamos a salir, lo mismo para ustedes.-y se dirigió a la salida de la cocina.

-Sí capitán-dijeron ambos en respuesta.

Levi se dirigía a la habitación de la chica, no le sorprendería que siguiera dormida, había pasado despierta limpiando con él hasta muy tarde, pero ella siempre cumplía con el horario, sin importar qué, siempre estaba lista y con todo completado con puntualidad, era raro que no se hubiera despertado.

-Petra-dijo Levi tocando su puerta, pero no obtuvo respuesta.

-Petra!-dijo elevando un poco la voz y tocando la puerta con un poco más de fuerza, pero tampoco obtuvo respuesta.

Decidió entrar, tenía poca paciencia y se había desesperado.
Al entrar y verla ahí, recostada sobre su cama, con ambos ojos cerrados y tapada completamente por las mantas a excepción del rostro de preocupó y decidió acercarse a ella despacio y tocar su frente...tenía fiebre, su temperatura estaba muy alta.

-Petra...-dijo suavemente mientras acariciaba su cabello intentando despertarla.

Ella comenzó a abrir los ojos asimilando lo que pasaba y dirigió su vista hacia su acompañante, encontrándose nada más y nada menos que con su capitán, se tensó un poco y se sobresaltó sentándose de golpe sobre la cama y preparándose para decir su discurso de arrepentimiento y disculpas a su capitán.

-C-capitán Levi...ehh...yo..yo lo lamento-intentó levantarse, todo le dolía...-no sé en qué estaba pensando, perdóneme, no debí...es muy tarde...Capitán...lo siento mucho, perdón perdón...perdón- decía comenzando a levantarse-estoy lista para su sanción...y yo...-No pudo terminar ya que Levi no le permitió continuar.

-Petra...-y la obligó a volver a recostarse sobre la cama-basta, es suficiente-dijo comenzando a arroparla y tratando de calmarla- No hay problema, estás enferma, tienes mucha fiebre, quédate así, descansa, enseguida vuelvo, no te atrevas a moverte o tratar de levantarte o entonces sí te sancionaré-terminó de decir el pelinegro para dirigirse al baño, dejando a una Petra muy sonrojada (no precisamente por la fiebre) y tensa.

El objetivo de Levi yendo al baño era remojar una toalla para intentar disminuir la fiebre de Petra, y así lo hizo, preparó la toalla y volvió a la habitación colocándole la toalla sobre su frente.

-Escucha Petra, hoy tenía planeado ir a buscar alimento a un mercado cercano en las murallas, pero por obvias razones, no irás.-dijo Levi.

Petra iba a comenzar a negar pero la interrumpió.