2. Torta de naranja

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El viento golpeaba su cuerpo atravesando su piel provocando ligeros temblores, era uno de esos días donde el clima parecía indeciso, calor por la mañana y frío intenso por la tarde. Y al parecer ahora optando por ventiscas, despeinado los cabellos del pelinegro.

Hoseok se abrazaba a sí mismo sentado en aquella solitaria banca del parque, parecía un lugar desolado, apenas pasaba uno que otro perro.

Empezó a tiritar por las ráfagas de viento continuas, usaba solo un buzo color negro que obviamente no lo protegería de un casi seguro resfriado. Sus manos pasaban por sus brazos en un intento de entrar en calor, soplaba sus manos y en momentos comenzaba a saltar para que su cuerpo se calentara.

Hoseok estaba esperando impaciente al azabache. El omega había quedado cautivado con TaeHyung, pues era un alfa muy sentimental y amable, y esa misma noche en el bar, decidieron intercambiar números para verse en otra ocasión.

Dos días después para ser exactos.

El pelinegro empezó a saltar cerrando sus ojos mientras soplaba sus manos, el vaho de su boca ayudaba calentar sus fríos dedos, ya un poco entumecidos por el viento helado que no cesaba.

- ¡Hoseok! - llamó un chico a unos metros del pelinegro, acercándose y moviéndose apresuradamente casi fallando con las muletas al no estar acostumbrado. TaeHyung miró al pelinegro saltando con sus ojos cerrados y sus mejillas algo coloradas por el frío, sin pensarlo dos veces, se retiró su abrigo para brindarselo al menor.

Hoseok ni siquiera se percató de la llegada del azabache al estar concentrado en dar saltitos. Unas manos detuvieron sus movimientos agarrando suavemente sus antebrazos sorprendiéndolo - ¿TaeHyung? - dijo asustado el omega para luego suspirar con tranquilidad, su mano en su pecho calmando su corazón que papiltaba desenfrenado - Me asustaste.

- Ten Hoseok - extendió TaeHyung su brazo sosteniendo su abrigo, se había apoyado en su pierna derecha con dificultad - ¿Puedes tomarla por favor? - preguntó al ver al pelinegro sin reacción alguna - Todavía me cuesta usar estás cosas y acomodarme a ciertas posiciones.

- ¡Oh! Si, perdón - aceptó Hoseok el abrigo, pasando un brazo dentro de una manga y luego el otro. - Calientito - murmuró gustoso por la sensación de calor y el aroma del alfa.

¿Eucalipto y vainilla?

Extraña combinación. Fresco y dulce.

- ¿Te sientes mejor? - preguntó TaeHyung al ver la cara del satisfacción del pelinegro sonriendo encantado - ¿Te parece ir a una cafetería por aquí cerca? - sugirió - Ahí podrás calentarte

- Me gustaría - aceptó Hoseok para luego dirigirse al lugar siendo guiado por el azabache.

La cafetería era una pequeña casa de madera algo desgastada por fuera pero bastante hermosa al entrar, la decoración no era exagerada ni muy simple, el ambiente era cálido, extrañamente un poco hogareño. Eligieron una ventana con vista a un pequeño jardín trasero.

Tulipanes y algunos dientes de león.

- ¿Te gusta el lugar? - preguntó TaeHyung al ver al menor concentrado en en las flores detrás de ese cristal - ¿Te gustan los tulipanes?

- ¿Ah? - dijo Hoseok desconcertado al escuchar la voz del azabache - S-si quiero un c-café - maldijo a lo bajo, rezando que sus palabras hayan atinado a la pregunta del contrario.

- Parece que alguien esta algo distraído por esas flores - dijo TaeHyung sonriendo con ternura - ¿Debería sentirme celoso porque ellas me quitan tu atención? - arrugó su nariz con falsa molestia.

- Q-qué cosas d-dices - intentó el pelinegro no tartamudear fallando miserablemente con sus mejillas encendidas en un rojo intenso - No digas esas cosas - murmuró a lo bajo, riendo avergonzado y quitándose el abrigo del azabache, estiró un poco la tela de cuello del buzo, moviéndolo por el calor de su cuerpo tras haber caminado.

Y con esa acción, Taehyung pudo verla.

Era la cicatriz de una marca, era la mordida de un alfa impresa en la piel de Hoseok.

El lobo de Taehyung aulló en disgusto, incorforme y un poco celoso, pero era algo lógico. El omega frente a él era hermoso desde cualquier ángulo, la musa de cualquier artista, la inspiración de un escritor nato - ¿Cómo pudo ser tan ingenuo para pensar que el omega no tendría un alfa? - pensó el azabache - ¿Te apetece  un café y una torta de naranja? - preguntó TaeHyung algo desanimado por el reciente hallazgo y a la vez confundido porque el aroma de Hoseok era dulce, no parecía tener mezclado otros olores. Y sin esperar una respuesta, el alfa se levantó agarrando sus muletas para dirigirse y pedir en la caja.

El alfa odiaba ser defectuoso.

TaeHyung estaba consciente que luego de aquel accidente donde perdió parte de su pierna izquierda, su mundo caería en mil de pedazos. Y así lo hizo.

Su amada lo había mandado al caño luego de enterarse que ahora era un inútil. También, se vio obligado a suspender el semestre el cual se había ya matriculado, retrasando un año más su carrera que estaba apunto de culminarla y poder ser un fotógrafo profesional. Sus amigos en el extranjero empezaron a mirarlo con lástima, como si alguien cercano a él hubiera muerto. Luego, dejaron de llamarlo, de invitarlo a salir, hasta casi perder todo contacto con el alfa siempre con la misma excusa: estaban ocupados o con su horario a tope. 

Por suerte, Taehyung siempre contó con alguien fuera de América.
Yoongi fue su soporte en muchos aspectos, un alfa poco afectivo que soportó sus sollozos y gritos a media noche por las pesadillas. TaeHyung, al principio odiaba usar sus muletas y salir a la calle, se sentía observado y juzgado por su condición de alfa incompleto y se vio consumido por una profunda depresión durante meses, pero saliendo de aquello gracias a sus más cercanos amigos:  NamJoon y Yoongi.

Para el azabache comenzar a usar de nuevo sus muletas fue realmente un reto, dos semanas exactamente antes de conocer al omega, Hoseok. Y aún seguía aprendiendo.

Taehyung miró desde la caja al pelinegro, su lobo rasgaba su pecho, lo quería para él. Pero al parecer el omega le pertenecía a otro.

El alfa regresó junto al omega pelinegro con la sonrisa más hipócrita jamás hecha en su vida, se sentía triste, no podía negarlo.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó Hoseok al ver esa sonrisa fingida del contrario con sus ojos destellando tristeza - No te gusta mi presencia - murmuró bajando la mirada a sus manos entrelazadas sobre sus piernas - ¿Dije algo que te molestó?

- ¡No! - exclamó TaeHyung asustado al hacer creer tremenda y absurda idea a su frágil y precioso omega pelinegro - Es decir, tengo miedo que tu alfa venga en algún momento por estar con su omega - dijo soltando un risa ahogada - Ni siquiera podría correr - mencionó incómodo - No me molesta tu presencia, alegras mi existencia de alguna forma.

- ¿Alfa? - dijo Hoseok incrédulo - No tengo ningún alfa.

- Pero...¿Y la marca en tu cuello? - preguntó TaeHyung apuntando receloso con su dedo a dicha zona.

- Mi alfa falleció TaeHyung - informó con melancolía tocando su cuello - La marca tarda en desaparecer por completo.

-Y-yo...Lo siento, no debí...-

- Tranquilo - sonrió el pelinegro mientras la mesera colocaba un par de tazas de café y dos platos con torta de naranja - No lo sabías, pero me gustaría no hablar de eso, no ahora, ¿te parece?

- Me gusta la idea - dijo el azabache tomando un sorbo de su café - ¿Qué tal hacernos preguntas y conocernos mejor? - preguntó TaeHyung al omega.

- Es un buen comienzo - murmuró Hoseok llevando un cucharada de pastel a su boca.

- Nuestro comienzo - comentó el azabache y ambos sonrieron tímidos, pero a la vez muy emocionados.

Dandelion [Omegaverse][Vhope] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora