Dónde el amor se debe plasmar en papel y letra pulcra.
Y se debe callar bajo la máscara de la amistad.
¿Por cuánto tiempo se podrá mantener el silencio de aquel amor naciente hacia su amigo de infancia y actual capitán del equipo de voleibol?
* .:｡✧...
Me encuentro en la cocina, comiendo unas galletas y tomando un té rojo, pensando que si fue lo correcto haber puesto aquel pequeño mensaje en francés.
Sonaba bonito en mi mente, más en la voz de la chica del traductor pero capaz Shinsu tuvo complicaciones.
Tanto fue el pensar cada cosa, que involuntariamente lo invoqué, mi celular me hizo sobresaltar, haciendo que el contenido de mi taza de Jack Skellington saliera y cayera en la encimera de la isla.
Shinsu🌸
"Yuriko-san, ¿Puedo ir a tu casa? Necesito hablar contigo, recibí otra carta."
No pensé que lo leería tan rápido, pero aquello me hizo sonreír, para no dejar esperando a Shinsu le respondí en casi segundos.
"¡Claro! Solo debes entra, la puerta no está con seguro, y solo subes, estaré en mi habitación."
Sin más que agregar, preparé en una taza perteneciente al de cabello plata un té matcha y coloqué unas galletas con mermelada de frambuesa en un plato, y así llevé todo a mi habitación.
Es extraño pero ambos tenemos cosas del otro en sus casas, pero son nuestros rituales y nos agrada por igual.
Creo que solo habrán pasado unos cinco minutos desde el mensaje que él me envió, que llegó a preocuparme un poco, ya que no llegaba, hasta que sentí que abrían la puerta principal y supe que era él.
Unas pisadas que se iban escuchando más cerca y mi puerta abriéndose, ví la cabellera sedosa y bonita de Shinsu, y después ví que entró totalmente, cerrando la puerta tras de él.
Sus mejillas estaban encendidas en carmín y en su mano derecha tenía la carta.
"Demonios, es demasiado lindo y adorable que podría morir"
Cada vez más, me es difícil mantener a raya mis sentimientos por aquellos ojos castaños.
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-Hola Yuriko-san, ella lo volvió a hacer. -Dijo con un toque ansioso en su voz.
- ¿De qué hablas Shinsu? -Pregunté algo alarmada, pero tengo que ocultarlo.
"¿No le gustó la parte en francés?"
"¿Fui muy obvia?"
-Me puse nervioso ante lo que dice, no estoy acostumbrado a que digan cosas tan bonitas por mi, a excepción de ti y mi abuela. -Él evitaba mirarme, y aquello me hacía sentir muchas mariposas en el estómago.
-Pero, ¿Te hace sentir feliz que te miren de aquella manera? -Tengo la necesidad de preguntar muchas cosas, para no incomodarlo con la próxima carta.
