Quatre.

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POV Kita

Después de saber que, todo con Yuriko-san estaba bien, que no existía nada que a ella le molestase, pude respirar con tranquilidad, su rostro sereno me hacia sentir una calma increíble, y mucho más el saber que, está escuchando lo que sucedió con la carta que apareció en mi casillero.

Pero a medida que le leía el contenido de esta, la sonrisa de la castaña se ensanchaba, y una extraña sensación en mi pecho se había instalado.

No me asustó, ni mucho menos me incomodó.

Simplemente era una sensación agradable.

Al terminar de leer, ella suspiró, y me miró directamente a los ojos, y... Puedo jurar que, las flores de cerezo nacían en aquellos ojos femeninos.

Y que su sonrisa era blanca y perfecta como copos de nieve.

- ¿Y que piensas al respecto de la chica, Shinsu? -Su pregunta me sacó de aquella ensoñación extraña por la cual me encontraba viajando.

-Encuentro que es agradable, y extraño -expresé algo apenado- los gemelos mayormente reciben cartas de esta índole, al igual que Suna, pero que alguien empezara a tomar su tiempo para observarme, es bonito.

Me pilló desprevenido el suspiro por parte de ella, se encontraba mirando algo inexistente, con una sonrisa de boca cerrada, y aquello me hizo sentir extraño.

- ¿Pasa algo, Yuriko-san? -Y el cuerpo de ella dio un respingo en su lugar, dejándome algo desconcertado.

-Perdón, estaba pensando en lo que dices -ella se disculpó mientras se reía- pero por algo ella dice que tienes todas esas cualidades, y los demás no, no deberías ser tan negativo contigo mismo.

Sentía la necesidad de decir que, capaz la chica que dijo todo aquello se equivocaba, pero la mirada de Yuriko-san me dejó congelado en mi lugar.

-Tienen suerte las personas a tu alrededor de tenerte, Shinsu -su voz era suave, cuidadosa- y no solo lo digo porque te conozco desde que tengo cinco años, sino que lo digo desde la perspectiva de verte todos los días, tu esfuerzo tanto en clases como en los entrenamientos, y podría hacer un gran listado.

Tuve que desviar la mirada de los ojos de Yuriko-san, me pilló desprevenido aquel comentario, pero la sensación que había sentido anteriormente volvía a ser incluso más agradable.

Mi abuela tenía razón, siempre hay alguien observando.

Y no es solo la chica de la carta.

También lo hace la castaña que tengo en frente, riéndose por el sonrojo excesivo que llevo en mis mejillas en estos momentos.

También lo hace la castaña que tengo en frente, riéndose por el sonrojo excesivo que llevo en mis mejillas en estos momentos

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Querido Shinsuke (Kita Shinsuke x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora