Dónde el amor se debe plasmar en papel y letra pulcra.
Y se debe callar bajo la máscara de la amistad.
¿Por cuánto tiempo se podrá mantener el silencio de aquel amor naciente hacia su amigo de infancia y actual capitán del equipo de voleibol?
* .:｡✧...
(Kita y Yuriko narrarán la historia, desde ambas perspectivas, disfruten.)
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(Canción recomendada para este fragmento: Nice Boys – TEMPOREX.)
POV Yuriko.
La nieve y los copos de estos caían el día de hoy, se presentaba como un amigo fiel para nosotros con Shinsu, y era 24 de diciembre, al día siguiente sería Navidad, una de las fechas que más me gustan, donde la pasaremos con Azami-obaasan en casa.
-Por favor, Yuriko-chan, anda a ver a Shin a su habitación -comentó mi segunda madre con una sonrisa- al parecer se quedó dormido hoy.
-Claro, iré enseguida. -Conteste de vuelta, dejando aquellas palabras en el aire, la risa acogedora de aquella mujer llegaba a mis oídos.
Cada vez más, me siento más parte de aquella pequeña familia.
Donde ningún día falta el cariño por parte de los Kita.
Agradezco a los astros por haber conocido a dos personas maravillosas como ellos.
Mis pasos eran apresurados, resonando de manera leve por las escaleras, llegando al último peldaño aligeré mi andar, dando pisadas pequeñas y cortas, ya que en cierto modo me daba pena despertar a mi novio, pero Azami-obaasan dijo que lo hiciera.
Y no soy quién para contradecir a la ternura de señora que ella es.
Llegando delante de la puerta que nos separaba di dos toques suaves, esperando a que aquel chico de cabello plata y puntas oscuras contestase, sin mucho resultado.
Esta vez fueron cuatro toques, con un poco más de fuerza y antes de agregar otros dos toques más, escuché su adormilada voz.
-Ya voy, ya voy -se notaba a kilómetros que estaba realmente cansado y que su voz era totalmente entredormida, pareciéndome adorable- Kita despierta, que tu novia está aquí, tienes que darle sus besos diarios.
Algunos pasos se hicieron escuchar a través de la puerta, incluso hasta que se abrió, revelando así a una de las personas más hermosas que he podido ver cuando recién despierta.
Un ángel de ojos totalmente entrecerrados y cabello alborotado, flequillo inexistente por llevarlo atado en esta ocasión por una liga de color azul y su pijama se presentaba para maravillarme.
-Buenos días, amor. -Canturrie encantada hacia su dirección antes de morir por la pequeña sonrisa que me había lanzado.
-Buenos días, pudin. -contestó mientras un pequeño bostezo se escapaba de sus labios e intentaba de disipar el sueño tallándose sus luceros- aún no te voy a besar directamente porque debo lavarme los dientes, bajaré en un momento.
