Dónde el amor se debe plasmar en papel y letra pulcra.
Y se debe callar bajo la máscara de la amistad.
¿Por cuánto tiempo se podrá mantener el silencio de aquel amor naciente hacia su amigo de infancia y actual capitán del equipo de voleibol?
* .:｡✧...
(Salto temporal, tres años desde el nacimiento de los gemelos Kita, no tendrá la misma narración como los capítulos anteriores.)
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(Canción recomendada para este fragmento de la historia: pain place – nothing,nowhere ft. MISOGI.)
La fiesta que Osamu junto a su pareja de ojos verdes preparó para Yuriko y Shinsuke seguía su transcurso tras la puerta, las voces estridentes de Haru y Yukio se podían escuchar claramente, los chicos que fueron compañeros en Inarizaki y la abuela Azami disfrutaban de unas tazas humeantes de chocolate caliente y comida.
Pero Yuriko y Atsumu habían salido para hablar, rememorar viejas vivencias de la juventud mientras se sentaban en el corredor de aquella bonita estancia, de cómo él había caído enamorado de esos ojos mieles y de ese carácter totalmente estridente en el pasado, bajo la mirada triste de la muchacha, el rubio se disculpó, y una petición en voz baja había llegado.
"¿Puedo tener el honor de besarte, y calmar el dolor punzante que siento en mi corazón?"
Petición la cual Yuriko quedó boquiabierta, con mejillas más rojas que las cerezas y buscando oxigeno en el aire congelado de invierno, Shoyo había salido a tomar aire junto al peli plata, ambos habían escuchado aquella mísera pregunta con voz trémula.
-Sabes que no Tsumu, somos amigos y sería traicionar a Shoyo y a Shinsu -fue el comentario de la castaña con algunos temblores en su cuerpo producto del frío- lo lamento por hacer que aún tengas sentimientos enterrados por mí.
Sentimientos que en Atsumu Miya no estaban del todo marchitos.
Aquel Miya sabe que ama a Hinata Shoyo, que en el futuro cercano le propondrá el ocupar su apellido y vivir felices juntos, pero aquella espina, aquel "qué pudo ser" con la fémina escritora estaba incrustada, supurando dolorosamente con el paso de los años, su peli naranja lo sabía, su excapitán estaba al tanto, pero el miedo de que hubiese una ruptura en ambas relaciones era constante.
No quería ser odiado por las personas que él amaba y apreciaba con el corazón.
-Lo siento, fue una pregunta estúpida de mi parte -sonrió una vez más, aquella careta que mostraba a sus 17 años salió a flote- debemos entrar, Haru y Yukio deben estar buscándote.
Pero antes de que ambos chicos de 27 años entraran, la voz de Hinata Shoyo había llegado a los oídos de ambos.
-No deberías temer, Yuriko-san -comentó a espaldas de la muchacha, esta no se volteaba por el miedo- sé lo difícil que a Tsumu le fue verte ser feliz con tu alma gemela, de primera mano lo tengo claro -risa cantarina y de las profundidades del sol retumbaban en el pasillo del corredor- por mi estaría bien, si fueras tú quien besa a mi novio.
