Seize.

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POV Yuriko.

El calor de la mano ajena era reconfortante, me hacia sentir segura de todo lo que pasaba a mi alrededor, caminábamos sin hablar por el parque, el ver a niños correr por doquier, o parejas acarameladas me producía total euforia, no tan solo por verlos, mas bien era por imaginar una posible relación amorosa con el chico a mi lado.

El sol calentaba relativamente, a pesar de que algunas personas que pasaban vestían con ropa veraniega, yo me mantenía un poco más abrigada.

No solamente por los chupones que me hizo Shinsu anoche.

Sino que, no me considero apta para lucir algo en mí que me haga mostrar más piel.

Haciéndome sentir extrañamente pequeña e insignificante, dejando al descubierto la nula autoestima que poseo.

-Yuriko, ¿sucede algo? -Preguntó el peli plata que aún sostenía mi mano, solamente pude mirar el asfalto.

-No pasa nada, tranquilo -mentí- solo estoy pensando, es todo.

Retomamos nuestra pequeña caminata por unos minutos, hasta que sentí como el contrario no me seguía, tan solo se había parado en su lugar, como una estatua mientras me observaba, analizando cada cosa de mí.

A veces odio ser tan transparente.

A veces odio que Shinsu me conozca tanto.

Pero a veces odio no poder decir mis inseguridades por miedo a alejarlo de mí.

-No me gusta cuando me mientes. -Aquellos ojos castaños me miraban- sabes que nos conocemos desde hace muchos años, y sabes también que siempre estaré para ti.

Por inercia agaché mi cabeza, buscando miles de excusas para poder salir de aquel embrollo, no quiero atraer al chico mas calmo y dulce de la tierra hacia el hogar de mis inseguridades y pesares.

Comencé a ori pasos que se acercaban con lentitud hacia mí, pasos fuertes, decididos pero con un toque de armonía, al alzar mi mirada me topé con el rostro del peli plata, indescifrable, mezclado en emociones, y no voy a negar que me siento algo asustada.

-Por favor, no me mientas -imploró de manera susurrante, aquella petición había salido de sus labios con dolor en cada letra- puedes decirme cada cosa que te esté sucediendo, siempre mi hombro estará disponible para cuando lo necesites.

Pasé mis brazos alrededor de su cuello, hundiendo mi rostro en su pecho, busqué la calma en un abrazo, necesitando sentir la anestesia de los brazos fuertes de Shinsu abrazarme, corresponderme, algo que no tardó en hacer el contrario.

-No quiero que te decepciones de mi -solté con algo de miedo- no quiero que después de esto, quieras alejarte, que dejes de quererme -mi cuerpo comenzó a temblar de manera automática- existen veces que realmente me aterra que te quieras ir, que no pueda cumplir tus expectativas, simplemente me aterra una futura idea, un futuro día, donde no formes parte de mi vida.

Shinsu se quedó congelado, procesando la cantidad de información que lancé sin pensar, comencé a temer una vez más, la había cagado enormemente, y había empezado a imaginar las millones de posibilidades de una amistad quebrantada y una despedida dolorosa.

-Ven, necesito decirte algo. -Fue lo que aquel chico de rostro sereno mencionó mientras tiraba suavemente de mi mano, haciendo que caminara.

A lo lejos podía contemplarse la colina donde están los toboganes, aquella colina donde por primera vez, había mirado a Kita Shinsuke con amor.

El peli plata comenzó a caminar con prisa, intentaba de adaptar la velocidad, fallando en el intento, hasta que mis pies dejaron de sentir el suelo. Shinsuke me había levantado como un costal de papas para poder seguir, pero no protesté.

Querido Shinsuke (Kita Shinsuke x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora