Dónde el amor se debe plasmar en papel y letra pulcra.
Y se debe callar bajo la máscara de la amistad.
¿Por cuánto tiempo se podrá mantener el silencio de aquel amor naciente hacia su amigo de infancia y actual capitán del equipo de voleibol?
* .:｡✧...
(Esta vez sí hay escena +18 y lenguaje vulgar, veremos a bebu Kita muchísimo más dominante porque 🛐 Kita dominante supremacy 🛐, Yuriko mucho más sumisa y obviamente rolas para entrar más en la historia, sin más que agregar, seguimos.)
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(Canción recomendada para este fragmento: Streets (Slowed) – Doja Cat.)
POV Yuriko.
Me siento demasiado cohibida en estos momentos ante los ojos expectantes de Shinsu, es como si me devorase sin piedad, y lo único que puedo hacer es retener los suspiros y ronroneos involuntarios que quieren abandonar mi garganta y mis labios.
Él sigue sin desnudarse por completo, el pantalón de la preparatoria estaba notoriamente arrugado en algunas partes y por encima se podía apreciar el dobladillo de su bóxer, rojo con algún escrito en letras oscuras, trago duro al quedar anonadada y avergonzada por los millones de pensamientos que vagaban por mi mente.
-No puedo dejar de decir -el peli plata comenzó a dar algunos pasos lentos hacia a mí, jugando con el borde de sus pantalones- que eres preciosa, muchísimo más sin ropa.
Su comentario golpeó sin piedad a mis nervios sintiendo así mis mejillas ardiendo, por inercia me cubriría mi rostro, pero había un detalle, un pequeñito detalle.
"El bombón te amarró las manos en la espalda querida" comenzó a burlarse mi subconsciente.
Shinsu se colocó delante de mí y por primera vez me percaté de su altura, jamás le había prestado atención la verdad, y ahora sé que le llego hasta sus hombros, los cuales se hallaban desnudos, lienzo virgen sin marcar.
-Mírame Yuriko -Demandó con una voz profunda, sensual y elegante, pero sin abandonar la característica de su tono calmo- quiero verte y deleitarme con tu belleza.
Sin pensarlo alcé la mirada, concentrándome en los contrarios, aquellos castaños que se habían oscurecido y que mantenía sus dilatadas pupilas, su mano derecha se había apoderado de mi cuello en un agarre suave pero firme, seguía viéndose hermoso incluso en las penumbras de la habitación.
-Dime Kita-senpai~ -Susurré de manera provocadora, logrando que el contrario sonriera ladino y se acercara a mi oído, mordiendo delicadamente el lóbulo y sacándome un jadeo de paso.
-Es extraño que diga esto, mucho más porque me conoces -habló sin perder aquella confianza que había visto escasas veces- pero siento la necesidad de marcarte -en tortura contorneó mi cintura hasta llegar a una de mis nalgas- y que al sentir el dolor en la mañana al despertar, me recuerdes -se separó de mi para observarme siendo un total tomate maduro- porque presiento que no podré contenerme por mucho tiempo, menos con el pasar las horas.
