Huit.

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POV Kita

Vi que el color carmín se instalaba en las mejillas de Yuriko-san, y caí en cuenta de lo que dije, logrando que también sintiera nervios.

Pero ninguno desvió la mirada.

Ni la rompió.

El contacto seguía, logrando así que el calor se sintiera en las cuatro paredes de color celeste de aquel bonito cuarto de la chica que tenía delante de mi.

-Yo ta-también me alegro de tenerte en mi vida Shinsu. -Logró decir ella entre su pequeño tartamudeo, haciéndome sentir tranquilo.

"Capaz no lo estropeé todo"

-Eres alguien muy importante para mí, Shinsu -continuó hablando la de menor estatura- eres esa persona que... Me aterraría perder, así que también eres una bendición para mí.

Desde que la conozco, jamás la había escuchado hablar de aquella manera, o de expresar muy abiertamente lo que siente o piensa, siempre a sido una chica muy reservada, que se avergonzaba fácil.

"Eso fue lo que te llamó la atención Kita Shinsuke, llevas prendado de ella desde aquel día de tu graduación, no me ignores, y mucho menos los sentimientos que acabas de descubrir" aquella molesta vocecita se hacía más presente cada día.

Acerqué más a mi cuerpo a la chica, para envolverla con mis brazos, y hacer que la vergüenza de ambos se dispara, que el tiempo se congelara y que mis ideas fueran más lentos, sin éxito.

Cada vez más, me siento más confundido.

Yuriko-san y la anónima de las cartas solo logran que esté entre la espada y la pared.

Cuando fue mi graduación en la escuela media, me sentía totalmente extraño, no por abandonar amistades, o moldear una vez más mis rituales para quitar o agregar cosas.

Me sentía extraño y triste por dejar de ver a Yuriko-san al siguiente año, ya que ella es un año menor, comenzando así los cuestionamientos.

Ya que estaba acostumbrado a estar puntual en el umbral de su puerta para irnos juntos, despedirnos con besos esquimales delante de su salón para luego irme al mío.

¿Cómo no me había dado cuenta hasta ahora, que aquellos pequeños e inocentes gestos, guardaban otro significado?

Las pequeñas e indiscretas caricias en las manos, el tomarnos de las mismas cuando ella tenía pesadillas en las noches que se quedaba en mi casa o viceversa, el quedarme observándola a veces sin pensar, entre otras cosas.

Sigo sin entenderlo del todo.

Pero me gusta, ahora que le tomo más el peso a cada gesto, me gusta ser yo el que conozca aquella cara que oculta a los demás.

Siempre recordaré lo que ella me había preguntado, con sus mejillas sonrojadas, ojos miel aguados y algo irritados por llorar detrás del edificio de aquella escuela, mientras que yo la contemplaba.

"¿Prometes que siempre seremos amigos?"

Fue una pregunta que detonaba miedo, y no voy a negarlo, yo también lo sentí en aquel momento, separarme de ella, era como desprenderme de algo muy importante.

Querido Shinsuke (Kita Shinsuke x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora