17. Me Duele Mentirle

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Sentí los rayos del sol calentar mi rostro y supe que hoy era el día. El tiempo se había acabado y ya no tendría más entrenamientos. Hoy tenía que pelear en la arena. Hoy era el día en que por fin llevaría a cabo mi tan deseada venganza.

Me levanté de la cama con ánimos y me encaminé al baño con tal de asearme para después ir a desayunar unas deliciosas tostadas francesas.

A mitad de mi desayuno escuché el timbre, supuse que sería Demetrius, así que dejé mi comida, me levanté de mi asiento y caminé hasta llegar a la puerta de entrada, donde al abrir, vi justo a quien esperaba.

-Buenos días, Demetrius. -le di un beso en la mejilla junto a una sonrisa. Ante mis gestos, se mostró confundido.

-¿Está todo bien? ¿Estás lista?

-Sí. ¿Por qué?

-Porque hoy pelearás en la arena.

-Lo sé. -comencé a caminar hacia la cocina de nuevo- cierra la puerta al entrar.

Enseguida escuché la puerta cerrarse y sus pisadas caminar tras de mi.

Volví a sentarme para terminar mi desayuno con calma. Le ofrecí a Demetrius pero dijo que ya había comido, solo se dedicó a observarme comer. Estuvo todo el rato en silencio y comenzaba a preocuparme.

-De acuerdo, ¿qué pasa? -pregunté mirándolo a los ojos.

-Nada...

-Suéltalo.

-Estás demasiado tranquila, ¿no estás ni un poco asustada? -dijo al fin.

-No, solo espero a que llegue la hora de irnos.

-Pues dentro de una hora deberíamos estar allá.

-Vale, aún son las... -miré el reloj y vi que eran las ocho de la mañana- Son las ocho, ¿debemos estar allá a las nueve? ¿Por qué tan temprano? -me parecía raro.

-Porque debemos estar presentes en la ceremonia de inicio, deben cambiarte a tu traje de lucha, y demás. Son demasiados arreglos, en realidad. -explicó- Te tratarán como a una reina antes de la batalla. Tu solo encárgate de ganar.

-De acuerdo... Entonces iré a cambiarme.

-Si quieres puedes ir así. -se refirió a mi pijama- Allá escogerás un vestido para la ceremonia de inicio.

-No iré así, Demetrius. Es una pijama. -reí- Al menos déjame ir decente para volver de la misma forma.

-Como prefieras. -sonrió- Pero una cosa más. -me detuve a escucharlo con cuidado- Las batallas suelen durar un par de horas, todo depende de quienes se enfrenten, pero como ya sabemos, tu contrincante será Kassandra, y ella suele ganar muy fácilmente. Así que mientras más rápido acabes la pelea, mejor. -dijo serio y estando atento a mis gestos.

-De acuerdo. No prometo acabar rápido, pero creo que tengo chances de ganar.

-Sé que ganarás. Solo me preocupa un poco Kassandra.

-¿Por qué?

-Porque no sé si tiene algún truco bajo la manga esta vez. Tal vez quiera cobrárselas por la vez en que intenté asesinarla.

-Pues créeme, yo tengo un truco bajo la manga. -le aseguré.

No me sentía confiada, pero sí estaba segura de que podía darle una buena pelea a esa perra rubia.

Me dispuse a salir de la cocina y subir a mi habitación, me cambié rápidamente por unas botas de tacón negras, un pantalón negro casual, una blusa gris junto a un blazer negro y mis habituales joyas.

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