26. Cinco Horas

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Vanessa

Pasaron los días... solo faltaban un par de horas para ver a las Moiras... literalmente en diez horas iríamos a verlas, pero al parecer debía dormir un poco. Sin embargo, no lograba conciliar el sueño debido a que sentía curiosidad pero miedo a la vez... Miedo a lo que ellas podrían decirnos...

Me levanté de la cama y fui a sentarme en la silla flotante junto a mis audífonos y un poco de música. Necesitaba pensar en otra cosa y hasta el momento nada funcionaba, no hacía más que moverme en la cama sin llegar a estar cómoda siquiera.

Opté por escuchar una vieja canción que siempre me distraía de hacer mis deberes cuando estaba en el colegio... Coloqué Demons de Imagine Dragons y me dejé llevar por su ritmo y letra...

Después sonó Stereo Hearts de Gym Class Heroes ft. Adam Levine, la cual me hizo pensar en Demetrius, así que pensé que tal vez estaría despierto y le hablé mentalmente...

-¿Demetrius...? ¿estás despierto...? -pregunté en un susurro para no despertarlo en caso de que no lo estuviera...

-¿Mmm? -dijo adormilado- ¿qué pasa...? -susurró con voz ronca.

-Oh, lo siento... vuelve a dormir, ¿sí?

-No te preocupes, Ramé. ¿No puedes dormir?

-No...

-Te ayudaré con eso...

Enseguida nos llevó a mi mente y creó una playa en ella... Luego me llevó de la mano hacia la arena y colocó una manta donde nos acostamos... nos arropó con una cobija y me acomodó junto a él de modo que estuviera recostada sobre su pecho.

En la playa hacía una brisa fresca y el sonido de las olas era relajante. Mis preocupaciones seguían siendo latentes en mi cabeza pero al menos ahora me sentía un poco distraída de la realidad...

-¿Estás bien así?

-Sí... gracias...

-No es nada... -comenzó a acariciar mi cabello lentamente. Se sentía tan bien que mis párpados comenzaban a pesarme...- Ahora quiero que escuches el sonido de las olas y respires su aroma. Inhala y exhala lentamente hasta que sientas como te quedas dormida...

Hice lo que me dijo mientras disfrutaba de la sensación de su contacto...

Poco a poco sus caricias se tornaron más pausadas y relajantes... dejé de pensar y el sonido de las olas me llevó a un profundo sueño del que no quería despertar...

Como era de esperar, desperté en mi cama. Abrí los ojos con lentitud y dejé que los rayos del sol entraran por la ventana. Era un día soleado y fresco, se sentía realmente bien.

-Buenos días para mí. -me dije.

-Y para mí. -dijo una Rebecca sonriente en cuanto irrumpió en mi habitación.

-Estás de buen humor... ¿a qué se debe? -dije con voz de detective, razón por la cual ella se rió a carcajadas.

-¿No puedo estar de buen humor? -preguntó incrédula.

-Sí... pero tal vez sea un acto fingido después de lo de ayer...

-En realidad estoy feliz por ustedes.

-¿Qué? -no me lo podía creer- Dime que quieres, Rebecca, pero no juegues conmigo, por favor. No quiero ser el objetivo de tu arma.

-¿Mi objetivo? ¿De qué hablas, tonta? En serio estoy feliz por ustedes.

-Lo dijiste de nuevo. ¿dónde está la trampa? -comencé a buscar bajo las almohadas pero ella me detuvo.

-No hay trampa. -dijo tomándome del brazo- Hablo en serio.

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