Profecías Ocultas ✔️

22. Lo Encontré

Desperté en la cama de Demetrius sin ropa y con nada más que una sábana cubriendo mi trasero. Sonreí recordando todo lo que había sucedido la noche anterior... recordando la forma en que Demetrius acariciaba mi piel... recordando la forma en que halaba mi cabello y me llenaba de placer... recordando la forma en que depositaba húmedos besos en mi piel... recordando la viva forma en que me hizo sentir...

Suspiré mordiendo mis labios mientras sentí como un brazo me rodeaba y me atraía hacia él uniéndonos en un abrazo. Sentí su respiración chocar contra mi nuca, y sus labios acercándose lentamente a mi piel depositando un suave beso en ella...

-Buenos días, Ramé... -susurró con voz ronca.

-Buenos días... -me giré y me apoyé sobre su pecho para darle un beso en los labios, razón por la cual él sonrió sin poder evitarlo.

-Podría hacer esto todos los días...

-¿Qué cosa? -pregunté curiosa mientras Demetrius acariciaba mi cabello.

-Despertar así contigo...

-Bueno... podría repetirse... -sonreí al tiempo que trazaba círculos sobre su pecho. Sin embargo, al parecer esa respuesta no había sido suficiente porque rápidamente se colocó sobre mí observándome con cuidado.

-¿Podría? -preguntó dudoso mientras depositaba unos húmedos besos sobre mi pecho... cerré los ojos y disfruté del contacto... estaba volviéndome loca... y él lo sabía...

Con un pequeño esfuerzo me posicioné arriba de él y me senté sobre sus caderas.

-Sí, podría. -repetí. No podía dejarme caer ahora y mucho menos tenía la intención de ceder.

-Entonces tal vez debería hacerte cambiar de opinión... -me hizo retroceder y sentarme sobre su entrepierna para después acariciar mis piernas tan delicadamente que me daban escalofríos. Mordí mis labios con tal de evitar gemir pero no lo logré ya que aún así se escuchó por lo bajo. Demetrius sonrió victorioso mientras me hacía arquear mi espalda.

El juego tenía que cambiar así que me dispuse a mover mi cadera en pequeños y lentos círculos que pronto provocaron que sintiera un bulto bajo mi entrada... lo escuché gemir y sonreí con malicia...

Seguí unos minutos más hasta que sentí que su pene estaba completamente erecto, entonces me pegué a él con tal de llegar a su oído y le susurré algo que no debía olvidar...

-Recuerda... -mordí el lóbulo de su oreja- Cuando la mujer provoca, el hombre cae...

Me levanté y salí rápidamente de la cama. Él intentó llevarme de nuevo pero no lo consiguió, así que sonreí maliciosa y le guiñé el ojo mientras me dirigía al baño.

Reí por lo bajo y me lavé los dientes. Luego me di una ducha un tanto rápida, no quería que se le ocurriera entrar al baño a ducharse conmigo en busca de cumplir una fantasía frustrada, porque tener sexo en la ducha no tiene nada de erótico ya que cuando acaba toda la magia, ambos quieren bañarse y no se puede porque solo hay una ducha y mientras uno se quita el shampoo, el otro pasa frío. De verdad que no comprendo a las personas que tienen sexo en la ducha, pero bueno, ¿qué se hace? Cada quien con sus gustos...

En fin, al terminar de ducharme, salí con una bata de baño y una toalla en la cabeza. Demetrius me observaba con atención pero a pesar de que se veía tan tranquilo, sabía que tenía ganas de matarme por haberlo dejado con las ganas, pero aún así me atreví a hacerme la desentendida.

Él se levantó y se acercó hacia mí pero no hice más que recordar algo que debíamos hacer...

-Vístete, debemos ir a ver a tu madre y a las Moiras. -dije mientras me dirigía al armario de Demetrius para tomar algunas prendas entre las cuales le lancé un bóxer y un short.