25. Una Difícil Decisión

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Necesitaba ver a Vanessa, eso no aclararía mi mente pero al menos me haría cambiar de opinión... o eso creía... Sin embargo, dejar que cambie mi perspectiva de las cosas significaba que no borraría su memoria. Así que debía ser fuerte y dejar que eso pasara...

Debía hacer que no me importara, pero francamente, eso era imposible... ella me importaba demasiado...

Por desgracia, una frase vino a mi mente... "Si amas algo, déjalo ir". ¿Tenía que dejarla ir?

Nada parecía más claro que el hecho de que debía borrar su memoria... aunque no me recordara, al menos estaría bien y no correría peligros como los que la acechan ahora...

-Vanessa, ¿estás ahí? -pregunté esperando que no me escuchara...

-Sí, ¿qué sucede? ¿pasa algo? ¿estás bien? Suenas... -la interrumpí para que no terminara la frase.

-No pasa nada... Solo... -ni siquiera tenía idea de qué decir, así que solo dije lo que sentía- Es solo que... tengo miedo, Vanessa... tengo miedo de perderte...

Ella nos metió dentro de su cabeza y comenzó a abrazarme con fuerza mientras susurraba...

-No me perderás... -quería creerle, pero ya había tomado una difícil decisión...

-Lo siento...

Coloqué una mano sobre su cabeza y conjuré el hechizo que borraría todo sobre nuestro mundo de su memoria... Ahora solo sería un extraño para ella...

Vanessa se desmayó y cayó en mis brazos hasta que su cuerpo se hizo polvo y quedé solo... Ella ya no recordaría nada de nosotros...

Una pequeña lágrima se deslizó por mi mejilla porque a pesar de que ella estuviera con vida... ya no estaría conmigo... y aunque borré su memoria para protegerla, necesitaba verla una vez más y comprobar que estuviera bien... necesitaba saber que estaba bien lo que había hecho... necesitaba verla una vez más antes de alejarme y dejarla vivir su vida...

Tomé las llaves de mi Bugatti y me dispuse a salir rápidamente de la casa. Pensé en llevarle una pizza, justo como si fuera un repartidor. Me dirigí a la pizzeria y compré una pizza para llevar. Luego manejé hasta llegar a su casa y toqué el timbre esperando que fuera ella quien abriera la puerta...

Escuché a Vanessa gritar un "ya voy" entre risas... Al menos la estaba pasando bien...

De repente abrió la puerta y me observó perdida...

-Disculpa pero... no pedimos pizza... -dijo sin reconocerme- ¿Chicas, pedimos pizza?

-¡Sí, yo pedí una! -respondió Lexie.

-Oh, ¡vale! -se dirigió a mi- Lo siento. Mmm. -comenzó a buscar dinero pero se lo impedí.

-No importa... es para ti... -le sonreí con tristeza.

-Oh, bueno... gracias... -tomó la pizza y mientras cerraba la puerta me tomé la libertad de observar cada parte de su rostro... no quería olvidarla...

Por desgracia, finalmente cerró la puerta y tuve que irme... por lo que me di vuelta y comencé a caminar cabizbajo hacia mi auto mientras recordaba cada parte de su piel... mientras recordaba sus caricias y besos... mientras recordaba la forma en que me besaba... mientras recordaba cuanto había tardado en estar conmigo... mientras nos recordaba juntos...

-¡Espera! -escuché la puerta abrirse y alcé la cabeza para después girarme y verla allí de pie apoyada en la puerta...- ¿Así de fácil te rindes? -me preguntó como si nada mientras sonreía... ¿acaso no había funcionado?- No, no funcionó. -¿había leído mi mente? Eso dejó de importar cuando corrió a abrazarme y unos segundos después de que reaccioné le devolví el abrazo.

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