06. Encerrada en su Mente

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Tuve cinco minutos sosteniendo su mano a solas hasta que llegó su padre.

-¿Está bien? -preguntó tratando de hablar con voz neutral pero fui capaz de notar la rabia en su voz.

-No lo sé. -respondí- Kassandra quiso destruir su mente pero de alguna forma Vanessa lo evitó.

-¿Sabes cómo? -frunció el ceño.

-No tengo idea, -admití- ella estaba demasiado débil, apenas lograba arrastrarse. Ni siquiera entiendo lo que sucedió. De un momento a otro Kassandra estaba en el suelo y Vanessa caía inconsciente.

-¿Por qué Kassandra estaba involucrada? -fue su primera pregunta, cosa que no me sorprendía. Él nunca fue demasiado cercano a ella pero nunca le dio razones para odiarlo, o eso cree él...

-Te odia por haber encerrado a los titanes. -rió con falsedad.

-No tuve opción y en todo caso, no fui el único responsable.

-Lo sé pero tal parece que ella considera a Hades su salvador o algo así. Él fue quien la crió. -de hecho, había sido mejor padre con ella que conmigo.

-¿Pero, por qué ahora? -dijo haciendo que cayera en completo desconcierto.

-¿El qué?

-¿Por qué desatar su rabia ahora?

-No lo sé... tal vez sabe que no es rival para ti y se desquita con Vanessa.

-Ella no tiene nada que ver en esto.

-¿Acaso importa? Busca una forma de herirte, no de remediarlo. -dije con rudeza.

Zeus no dijo nada, solo pasó su rostro entre sus manos con frustración.

-¿Qué pasaría si dejáramos salir a una titánide? Aunque fuera por un par de horas. -sugerí.

-¿A qué te refieres?

-Tal vez si conociera a uno de sus padres, podría pasar página.

-No lo creo y aún así, dejarla salir no está en mi poder.

-¿Sabes quién puede liberarlos?

-Demetrius, ella no cambiará de opinión. -él no la conocía tan bien como yo pero debía admitir que tenía razón. Sin embargo, no me rendí.

-¿Sabes o no? -insistí.

-No lo sé... tal vez el Tártaro mismo.

-¿Ustedes no? -me referí a los primeros olímpicos.

-No, los hecatónquiros lanzaron piedras sobre el Tártaro, sepultando así a los titanes mientras que  nosotros solo sellamos el lugar y lo dejamos a cargo de ellos. No creo que podamos abrirlo de nuevo.

-¿Los hecatónquiros? -no había oído hace mucho de ellos- Creí que eran un mito. -nunca los había visto. Sin embargo, había escuchado historias.

-Te aseguro que no lo son. La cuestión es que al ser los guardianes del Tártaro, decidieron nunca salir de aquel agujero por precaución.

-¿Precaución a qué?

-A que los titanes salgan. -admitió- Puede que estén encerrados a miles de kilómetros bajo tierra, pero siguen teniendo una fuerza y poder sobrenaturales. No podemos si quiera permitir que vean la luz del sol.

-Demonios.

-Lo siento, Demetrius, pero liberarlos no es una opción.

-¿Eres consciente de que aún deben luchar en la arena, no? -dije con calma pero un poco alterado y él solo asintió.

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