Capítulo 11: "Una noticia que genera molestia"

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Un apuesto joven de cabello alborotado platicaba con una peliroja, mientras miraba a unos jóvenes hacer una rutina de ejercicios.

Vamos Gokú, no seas así, decía berrinchuda la jovencita.

Es que en verdad no puedo acompañarte, respondía Gokú, con la mayor calma posible.

¿A poco tienes una cita?, agregaba con molestia la peli roja.

Sí, sí, tengo una cita, respondió Gokú.

Supongo que, de negocios, dijo Cirys lo más calmada que pudo.

¡Eh! si, si, respondió Gokú sonriendo.

Bien, lo dejamos para el próximo fin de semana entonces, decía Cirys forzando una sonrisa, mientras pensaba: Tengo que conocer a la chiquilla que se ha interpuesto en mis planes de reconquista, tengo que conocerla, cita de negocio, no lo creo, de seguro su cita es con esa.

Es que también estaré ocupado, es más de aquí a un mes estaré muy ocupado, agregó Gokú sonriendo.

¿Me parece o me estás evitando?, en la fiesta de papá a penas me hablaste ni siquiera bailamos, y si permitiste que te tomara del brazo es porque lo hice cuando tú estabas distraído, decía Cirys.

No quiero que te confundas Cirys, no quiero que pienses que podemos retomar lo nuestro, por ello creí que lo mejor mantengamos un poco de distancia, respondió Gokú con calma.

Yo no pienso nada, solo quiero recuperar a mi amigo, ¿acaso no puedo ello?, dijo la peli roja, haciendo que el joven de cabello alborotado se sienta comprometido.

Si puedes, por supuesto que puedes, además mi amistad nunca lo has perdido, agrego Gokú.

Pues a mí me pareció que sí, pero me alegra saber que estuve equivocada, y te perdono que hayas estando tan grosero conmigo el día de la fiesta de papá, dijo Cirys sonriendo.

En tanto: "Café"

Entonces, no hay novedad, decía Milk con cierta molestia en su voz, mientras miraba a un hombre de traje formal.

Bella señorita yo no he dicho ello, respondió el hombre.

Pero si acaba de decir que nadie lo reconoce en ese pueblo, decía Milk con molestia.

Sí, eso le dije, nadie lo reconoce en ese pueblo, pero si lo reconocieron en uno de los pueblos aledaños, respondió el hombre.

Lo reconocieron, entonces ¿ya sabe su nombre completo?, dijo Milk, mientras sus ojos se tornaban fríos y empuñaba sus manos.

Si señorita, ya lo sabemos, y con ese dato, créame que la búsqueda será más sencilla, respondió el hombre.

¿Y cómo se llama?, acotó Milk con firmeza.

Pues....., decía el hombre, mientras la pelinegra lo escuchaba con atención.

Horas después:

Milk llegaba presurosa a un lujoso restaurante para brindar acompañamiento a su cliente del día.

La llevo a la mesa señorita, decía un uniformado.

¡Gracias! respondió Milk.

Luego de algunos minutos la pelinegra llego a la mesa donde una mujer madura la esperaba.

¡Buenas tardes! decía Milk.

Mina, ¿verdad?, respondió la mujer.

Sí, dijo la pelinegra.

Toma asiento, respondió la mujer.

¡Gracias! estoy a sus órdenes, usted dirá en que necesita mi apoyo hoy, decía Milk.

"MI NÚMERO DE CONTACTO ES..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora