Capítulo 40: "El que la sigue la consigue: Mi número de contacto es..."

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(Último capítulo)

Un par de pelinegros miraban sorprendidos a un gigantesco hombre, tras la revelación que este le había hecho.

Cirys es adoptada, decía en tono sorprendido Gokú.

Si, respondió el señor Ox con firmeza, haciendo una pausa para acotar: Ella no lo sabe, y nunca lo sabrá, esa fue la promesa que hicimos Yoko, Hit y yo cuando la adoptamos.

Claro comprendo maestro, y no se preocupe yo no revelaré su secreto, dijo Gokú.

Lo sé, si decidí romper mi promesa es porque no puedo permitir que por la barrera de saber que hay lazos de sangre entre mis dos hijas, Milk y tú estén distanciados, acotó el gigantesco hombre.

¡Gracias maestro! ¡gracias por decírnoslo! dijo Gokú.

No hay porque dar las gracias hijo, solo estoy haciendo lo correcto, no puedo permitir la infelicidad de una de mis hijas siendo su amor correspondido, pronunció el señor Ox, posando su mirada en la pelinegra.

Padre, no te preocupes, yo tampoco diré nunca nada y gracias por revelar este secreto, respondió Milk.

Solo quiero tu felicidad, ya has sufrido mucho, por Cirys no te preocupes, lo que ella siente por Gokú no creo que sea amor, ella es muy caprichosa, yo hablare con ella, ustedes dos solo sigan a su corazón, acotó el gigantesco hombre, haciendo una pausa para decir: Creo que ustedes dos tienen mucho de qué hablar.

¡Papá! dijo Milk

¡Maestro! acoto Gokú.

Los dejo solos para que platiquen, dijo el señor Ox, haciendo una pausa para agregar: Mañana nos vemos en el gimnasio Gokú.

Sí maestro, y gracias, respondió Gokú.

No hay nada que agradecer hijo, yo te aprecio mucho y tú lo sabes, dijo el gigantesco hombre, luego de ello poso su mirada en la pelinegra, al tiempo que acotaba: Espero tu llamada hija.

Mi llamada, respondió confundida la pelinegra.

Sí, para que me platiques sobre como quedaste con Gokú, dijo el señor Ox sonriendo, al tiempo que agregaba: Espero y me des esa noticia que siempre espere.

La pelinegra no dijo nada, solo una ligera sonrisa se plasmó en su rostro.

Luego de ello el gigantesco hombre se puso de pie para abandonar el lugar.

Tu padre siempre me ha querido como un hijo, dijo Gokú.

Como un hijo, respondió Milk.

Sí, bueno me ha querido para su yerno como dicen mis amigos, agregó el apuesto joven sonriendo, haciendo que la pelinegra se sonrojara.

En tanto: "Casa Ox"

¿Qué extraño que Cirys no abra?, además se escucha música, pensaba Hit, mientras volvía a tocar la puerta de la habitación de la peliroja.

Toc toc toc

Cirys, Cirys, ábreme la puerta necesito decirte algo, decía Hit, mientras seguía tocando la puerta.

Déjame sola, no quiero hablar con nadie, necesito pensar, necesito pensar mucho, escucho como respuesta.

¡Cirys! ¿Qué te pasa hermana?, ¿acaso estás llorando?, dijo Hit con preocupación, al escuchar la voz quebrada de la peliroja.

Déjame sola, volvió a escuchar.

No Cirys, no, tú estás llorando y necesitas de mí, dijo Hit.

No quiero tu lastima, no quiero la lastima de nadie, decía Cirys.

"MI NÚMERO DE CONTACTO ES..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora