Capítulo 28: "En la guerra y en el amor todo se vale: Una inesperada revelación"

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Un gigantesco hombre tras ver salir a sus discípulos de la oficina donde se encontraba, miro al único discípulo que aún permanecía en la oficina al tiempo que pensaba: Es el momento.

Ya terminamos con todo maestro, decía Gokú sacándolo de sus pensamientos.

Qué bueno hijo, dijo el gigantesco hombre haciendo una pausa para acotar: Te invito un café.

¿Qué?, respondió Gokú.

Para el frio hijo, este clima anda medio loco un día sol, otro frio, decía el gigantesco hombre.

Cierto, acoto el joven de cabello alborotado sonriendo.

¿Entonces me acompañas a tomar un café?, respondió el gigantesco hombre.

Sí maestro, dijo Gokú.

En tanto:

¿Saldrás?, decía Hit, al ver a su hermana llevando consigo una cartera.

Sí por unos minutos, respondió Cirys.

¿A dónde vas?, acotó intrigado Hit.

Voy a caminar un poco, decía la peliroja.

Pensé que no querías salir, respondió Hit.

Pues cambie de opinión hermano, dijo Cirys, luego de ello continuo su camino.

De seguro está saliendo con alguien, pues recibió una llamada, y ello es bueno, pues Gokú por lo que me dijo Vados nunca le volverá a dar una oportunidad a mi hermanita, pensaba Hit.

Departamento de Milk:

Ahhhhh, gritaba Vados, tras lo que la pelinegra le había dicho.

Vados, baja la voz, decía Milk.

Es que me emocione amiga, yo sabía que el bombomzote de Son lo conseguiría, acotaba Vados.

Aún no hay nada formal....., decía Milk.

Milk, no desaproveches esta oportunidad, él te ama de verdad y tú, aunque no quieras aún aceptarlo del todo también lo amas, respondía Vados emocionada.

Lo dejare al tiempo como dices, por ahora solo disfrutare del presente, no quiero pensar en lo que vendrá, dijo Milk.

Si amiga, es lo mejor, respondió Vados sonriendo.

Gimnasio:

Iré con el maestro a tomar un café, ya regresamos, decía Gokú.

Vayan, vayan, no se preocupen nosotros nos hacemos cargo de todo, respondió Krilín.

¡Gracias amigo! dijo Gokú.

¡Gracias muchachos! acoto el gigantesco hombre, luego de ello prosiguió su camino junto a su discípulo.

¿Nos haremos cargo de todo?, decía Vegueta con firmeza, mirando a su amigo calvo.

Sí, respondió Krilín.

Tú te harás cargo de todo, pues yo también me voy, quedé en acompañar a mi Bulma al centro comercial en media hora, pensé que me tomaste atención cuando te lo comenté, dijo Vegueta.

¿Te irás?, respondía Krilín sonriendo de manera nerviosa.

Pero tú puedes solo con el manejo de los grupos amigos, no te preocupes, acotaba Vegueta tratando de no reír.

¡Qué buen amigo eres! decía el calvo.

Bueno ya me voy, agregó el joven cabello de flama.

¿Y ahora qué hago?, yo solo no podre ver los pendientes de la oficina y vigilar los grupos de entrenamiento, pensaba el calvo, cuando por la puerta principal del gimnasio aparecieron tres jóvenes.

"MI NÚMERO DE CONTACTO ES..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora