(Penúltimo capítulo)
Un gigantesco hombre miraba con disimulo a uno de sus discípulos mientras este revisaba unos documentos junto a sus amigos.
Sí, es la misma mirada que trae Milk, si, es la misma, no puedo estar equivocado, eso de que ambos no tuvieron nada y que todo sigue igual entre ambos no me lo creo, Gokú y Milk me esconden algo, por ello sus miradas entristecidas, es más yo creo que ambos tuvieron más que una amistad, que Gokú no solo la cortejaba, pensaba el gigantesco hombre.
Maestro, dijo uno de sus discípulos.
¡Eh! si hijo, ¿dime?, respondió el gigantesco hombre con la mayor calma posible.
Es que los insectos y yo no nos ponemos de acuerdo en cuál de estas máquinas debemos comprar, tal vez usted nos pueda dar alguna sugerencia, agregó Vegueta.
Claro hijo, y veo que no cambias, dijo el gigantesco hombre sonriendo.
No cambio, respondió Vegueta confundido.
Se refiere a como nos llamaste, ¿no maestro?, decía Krilín.
Así es hijo, respondió el gigantesco hombre, mientras caminaba hacia el lugar donde estaba el grupo de jóvenes.
Ah, a ello, dijo Vegueta sonriendo, mientras un pensativo joven de cabello alborotado no parecía prestar atención a la plática.
Milk, mi bella muñeca, como te extraño, pero te prometí alejarme de ti, y tengo que cumplir mi promesa, tengo que cumplirla aunque me duela el corazón, tengo que cumplirla, pensaba Gokú.
¿Cuál elegiste Gokú?, decía el gigantesco hombre sacando de sus pensamientos a su apuesto discípulo.
¿Me decía maestro?, respondió Gokú.
Hijo, luego quiero tener una plática contigo a solas, dijo el gigantesco hombre.
Como diga maestro, respondió Gokú.
En tanto:
Una furiosa peliroja arrojaba una de las almohadas de su cama al piso, al tiempo que su celular empezó a timbrar.
La joven al ver a la persona que lo llamaba tomo el celular con molestia, al tiempo que decía: ¿Qué quieres?
¿Qué te pasa niña caprichosa?, escucho.
Deja de llamarme así idiota, bueno para nada, respondió furiosa la peliroja, sin notar que la puerta de su habitación estaba abierta y que a través de esta su hermano escuchaba su plática.
Oye, oye, cálmate, no tienes por qué tratarme así, yo no te estoy ofendiendo, solo te digo la verdad, eres una niña caprichosa, escucho.
Pues yo también digo la verdad, eres un idiota bueno para nada, inútil, pensé que me ayudarías a separarlos, que te la llevarías tan lejos que mi hermoso tenga que resignarse a perderla para siempre, pero no hiciste nada, nada, esa chiquilla sigue aquí, y aunque ella no quiera nada con mi hermoso, él no quiere nada conmigo por su maldita presencia, porqué él aunque no me lo haya dicho mantiene la esperanza de que ella le corresponda en algún momento, decía furiosa Cirys, mientras lloraba de la rabia.
Claro que lo hice, hice todo lo que estuvo en mis manos, al igual que tú, es más hoy fue mi último intento y digo último porque ya me cansé de seguir mendigando por su amor, porque ya me cansé de seguir rogando por una oportunidad con ella, escuchó.
¿Qué te rindes?, dijo furiosa Cirys.
Solo doy un paso al costado, ella nunca me dará una oportunidad, así no pueda tener nada con Son, ella no me dará a mí una oportunidad, hoy lo comprendí, por ello llamaba para informarte que nuestra sociedad acabo, escuchó.
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"MI NÚMERO DE CONTACTO ES..."
RandomEl destino los puso frente al otro el último día del año, pero él no solo quiere verla ese día, y menos porque ella solo este cumpliendo con su trabajo, él quiere seguir tratandola y para ello tiene que conseguir su número telefónico. ¿Lo logrará es...