N.T: : Antes de nada quiero avisar de que este capítulo tiene contenido sexual explícito lésbico, por lo que si te muestras reacio a leerlo, salta el espacio que he marcado con señales 🔞 sobre ello. Nada más.
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La noche acababa de caer sobre la montaña del norte. El aire se había suavizado y algunas pequeñas estrellas salpicaban el cielo. En el centro del campamento, se había encendido un fuego, frente al cual Olaf había estado extasiado durante casi una hora. Por el rabillo del ojo, Elsa miró al pequeño ser, para que no se derritiera.
La reina suspiró. Mak todavía no había regresado. Sin embargo, ir de caza no debería llevarle tanto tiempo ... Elsa, preocupada, no pudo evitar mirar con ansiedad el espeso bosque. La mujer lobo se había ido hace casi dos horas y no parecía dar señales de vida. La rubia también se había preguntado por qué había aparecido el lobo. Mak nunca había sentido la necesidad de esa dolorosa transformación, a la que se había convertido solo para encontrar algo de comida.
–"¿Pero qué está haciendo?"– Dijo Elsa, poniéndose de pie.
–"Bailar para mí..."– Olaf suspiró, todavía mirando al fuego, completamente hipnotizado.
–"No estoy hablando del fuego, Olaf. ¿Dónde está Mak? Debería haber vuelto hace mucho tiempo."–
–"¿Crees que se ha perdido?"–
Un destello de determinación atravesó los ojos de la rubia.
–"No lo sé, pero no me voy a quedar aquí esperando pacientemente a que vuelva. Me voy a buscarla."– Dijo Elsa, poniéndose la capa. –"Quédate aquí. Quédate callado. Y no te acerques demasiado al fuego, ¿entiendes?"–
–"Entendido."– El muñeco de nieve resopló sin prestar atención a la princesa.
Elsa caminó con cautela hacia el corazón del bosque. El lugar estaba oscuro, frío y no muy tranquilizador. Los árboles grandes dificultaban su paso. La reina buscó la presencia de Mak, pero solo respondió el viento.
Finalmente, la princesa llegó al borde de un estanque, escondido por arbustos y otra vegetación. Había algo mágico en el lugar, que no percibías antes de llegar a él, parecía reconfortante. Iluminada por la luna, el agua emitía un resplandor azulado a su alrededor, proyectando una luz casi mística.
Elsa apreció el paisaje por un momento y saltó cuando escuchó un crujido. La princesa se dio la vuelta para ver de dónde venía el ruido, pero finalmente se congeló cuando una bestia imponente tomó posición frente a ella, como si hubiera aparecido de la nada.
–"Por fin, ¿Ya te has dignado a aparecer? ¿Sabes lo preocupada que estaba mientras no estabas?"– Dijo la princesa, visiblemente molesta.
Como única respuesta, la bestia dio un paso adelante, mostrando los dientes y rugiendo ruidosamente.
Elsa frunció el ceño, prestando un poco más de atención al animal. La princesa pensó que se estaba muriendo de miedo. Los ojos ... los ojos del animal eran grises y parecían querer devorarla.
–"¿Mak?"–
Elsa lo intentó, temblando. La bestia ladró, soltando un grito, avanzando, todavía lentamente, con el pelo erizado y los colmillos visibles. La soberana retrocedió con la misma lentitud, sin saber a dónde ir, dónde esconderse. Muy rápidamente, la espalda de Elsa chocó contra un árbol, estaba rodeada. Un rayo atravesó la mirada de la bestia, sabiendo que su presa estaba perdida. Por una presión en sus patas traseras, el animal saltó, atacando a Elsa. Justo cuando la bestia estaba a punto de alcanzarla, la rubia gritó antes de ver a un segundo animal cortar el salto del primero en vuelo.