Anna se dejó caer casualmente, con su espalda contra una roca, finalmente saciada, recuperando lentamente algo de fuerza. Elsa sonrió, pensando que su hermana no parecía una princesa en ese momento.
La reina miró a Mak por el rabillo del ojo. Esta última, tras confesar que había subestimado a Elsa por lo que se trataba de cazar, guardó silencio para no volver a abrir la boca. La rubia sabía que el espíritu de su lobo interior ya estaba echando humo por encontrar una solución para librar a Arendelle de los Fieles. A pesar de que la noche había sido deliciosa y relajante para todos, los cuatro amigos sabían que debían lidiar con este problema, y pronto.
Curiosamente, fue Olaf quien trajo el tema de una manera alegre y desinteresada.
--"Entonces, ¿cómo vamos a volver a casa?"--
Todos los ojos se volvieron hacia Mak. Ella suspiró y dijo:
--"No me miréis así. Yo no lo sé. Cuatro contra todo un ejército me parece imposible."--
Elsa hundió la nariz en su plato, tragó saliva e intentó: --"Podríamos hacerlo."--
Mak enarcó una ceja insolentemente y replicó: --"Bien, venceré a los primeros doscientos cincuenta hombres, y te dejo el resto a ti. Es justo, pero discúlpame por decirte que me parece un poco utópico. Aunque tu poder crece día a día, no eres invencible, Alteza."--
La reina puso los ojos en blanco. ¿Cuándo dejaría de tomarla por tonta?
--"Utópico, sí, pero no imposible si también tuviéramos un ejército."--
Mak arqueó aún más la ceja, queriendo mostrar su escepticismo.
--"Oh, sí, lo siento, olvidé que podrías salvarnos a todos creando un ejército de pequeño Olaf. ¡Los Fieles estarán aterrorizados!"--
Elsa suspiró con fuerza, exasperada por el carácter combativo de su lobo. La rubia sabía que Mak se sentía frustrada por no encontrar una solución para ayudarlos, sin embargo. ¡ Se estaba portando tan insolente que era exasperante!
--"¡Si me dejaras terminar, quizás lo entenderías!"--
La reina casi gritó furiosa. Mak miró hacia abajo, había ido demasiado lejos, lo sabía. Simplemente se calló e invitó a su princesa a continuar.
--"Sé muy bien que no podremos vencerlos solos. Necesitamos ayuda. Y creo que sé dónde encontrarla."--
--"¿De verdad?"-- Anna se apresuró a preguntar, bajo la mirada interesada de Mak.
Elsa suspiró de nuevo, consciente de la bomba que estaba a punto de lanzar a la conversación. La reina miró suplicante a Mak, juró en su mente que sacaría el asunto con suavidad y propuso:
--"Podríamos pedir ayuda a los Lobos."--
Mak se atragantó con los trozos de conejo que tenía en la boca, se le formó un nudo en la garganta. Espera, ¿Qué? ¿Estaba hablando en serio?
De hecho, Elsa parecía bastante seria. Ella le dio a su lobo una mirada insegura, temiendo su reacción. Mak solo estaba mirando a su princesa, tratando de averiguar si ella estaba bromeando. La expresión de Mak resultó indescifrable, completamente congelada por la incomprensión.
Como única respuesta, Mak se levantó en silencio y abandonó la cueva.
Elsa suspiró, pellizcando el puente de su nariz. Evidentemente, se lo iba a tomar mal. ¿Qué esperaba? ¡Bien hecho Elsa! ...
--"¿Qué le ocurre? ¿Está triste?"-- Preguntó Olaf, levantándose para unirse a la joven lobo. Elsa lo detuvo.
--" Es complicado Olaf "--