LIBRO I: LAS CRONICAS DE CAS JACKSON
¿QUÉ OCURRE SI UN DÍA DESCUBRES QUE ERES HIJA DE UN DIOS GRIEGO? Eso es lo que le sucede a los mellizos Percy y Cas Jackson, que a partir de ese momento comienzan a vivir una vida completamente distinta a la...
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NADA MÁS SALIR DE LA TIENDA camine hacia Nico, Percy y Grover. Nico se agarró de mi manga lo que me resultó adorable.
—¿Todo bien?—Thalia llegó a mi lado.
—Zoë termina en el fondo del mar, lo juro—le susurré.
Artemisa había asegurado que se acercaba el alba, pero nadie lo hubiese creído: estaba todo oscuro, más frío y más nevado que nunca. Las cazadoras levantaron el Campamento tan deprisa como lo habían montado, ellas parecían tan tranquilas entre la nieve pero yo aguantaba tiritando mientras Artemisa escudriñaba el horizonte por el este. Bianca se había sentado junto a su hermano, y por la expresión de Nico supe que Bianca le estaba contando todo sobre su decisión de unirse a las cazadoras de Artemisa. La Diosa seguía escudriñando el este, y con toda la vergüenza me acerqué a ella—Uh, ¿señora Artemisa?
—Cas Jackson, ¿todo bien?
—Quería pedirle disculpas por lo que ocurrió en su tienda, siento si le ofendió que rechazara el unirme a las cazadoras de esa manera.—Mi madre crio una chica educada. Puede que los dioses fueran algo prepotentes, pero no era Percy, además Artemisa parecía una buena diosa con la que tener amistad.
Artemisa me miró—No tienes porque disculparte , no quieres abandonar a tu hermano y eso dice mucho de ti.
Sonreí—Percy es unos minutos mayor, pero sinceramente, soy yo la que le salva el culo.
Aquello pareció divertir a la Diosa—Parece que no somos tan diferentes, hija de Poseidón.
* * *
El cielo comenzó a clarear por fin. Artemisa murmuró a mi lado: —Por fin, es muy perezoso en Invierno.
—¿Esperáis...a vuestro hermano?—pregunté. Había escuchado las historias sobre Apolo (antes Helios) y su carro solar. Pero, sinceramente, eso ya sería demasiado.
Hubo un destello repentino en el horizonte y una ola de calor—No mires—me advirtió Artemisa—hasta que hay aparcado.
«¿Como que aparcado?» Desvíe la vista y vi que todos hacían lo mismo. La luz y el calor se intensificaron y me dio la sensación de que mi abrigo se derretiría. Entonces la luz se apagó. Me volví para ver un Maserati Spyder descapotable rojo. A Percy siempre le había gustado ese coche. Resplandecía. Aunque rápidamente me di cuenta de que era porque la chapa estaba casi al rojo. La nieve se había derrito alrededor del Maserati en un círculo casi perfecto, lo cual explicaba que notara los zapatos mojados y pisara sobre hierba verde.
El conductor bajo sonriendo. Debía de tener dieciocho años y por un momento creí ver a Luke. El mismo pelo rubio; el mismo aspecto saludable y deportivo. Pero no, era más alto y no tenía ninguna cicatriz en la cara. Su sonrisa resultaba más juguetona. Vestía una camiseta de manga corta, unos vaqueros y unas botas.