16.

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"Gatita juguetona."

Capitulo 16.

Como era de esperar, actué como un autista todo el viaje de camino a casa. Estaba sorprendido, no podía creer que esa faceta pervertida de Liv existía; y no sabía, tampoco, si era un reproche de verdad, celos o algo para fastidiarme. Como si estuviera jugando con mis sentimientos a su antojo.

No tuve una erección, ella se comportó como una “gatita juguetona” y yo no podía ni articular una palabra.

Primero dejamos a Liv a su casa, la cual bajo con una sonrisa. No era muy tarde, se ponía el sol tiñendo todo de naranja. El cabello rubio de Livya hacia juego con los colores del día, y con una mueca divertida entro en su casa. Gracias a Dios no interrumpió el señorito George.

-¿Vamos a Bob’s?- pregunte prendiendo la radio, sonaba una banda nacional de rock alternativo. Empecé a tararearla. No quería preguntar porque Billy tardo en la casa de Bianca, si me entero me veo obligado a decirle a Tom y para meterme en otra discusión de divas, prefiero saltarme de eso y ser un país neutro en la guerra que se va a armar.

-Prefiero ir a mi casa y asegurarme que mamá no le dije a James que me gustan los pitos, no tengo tiempo de preocuparme por Tom.- Dijo girando en la esquina con dirección al famoso bar. Lo mire algo enojada, se sabía de memoria que Tom era un dramático pero él decidió meterse en eso.

-¿Sabes que te tienes que disculpar, no?- Mencioné en modo de defensa, quería dormir una siestas y hacer fiaca pero Pam tenía mi coche, y la tenía que llevar a su casa. Me quedaba un día largo por delante.

-Lo sé.- Sabía que Billy no quería hablar de eso porque él sabía que estuvo bien para la mierda en volver a engañarlo, me encogí de hombros y miré por la ventana.

-Mañana tenemos que juntarnos a hablar de la banda, no puedes evitarlo por siempre.- Dije de manera insistente, él volvió a decir “Lo sé”. Asentí con labios sellados, estábamos a pocas cuadras de Bob’s.

-Y ustedes prom…- Comencé de nuevo pero Billy me interrumpió gritando que cierre la boca.

-Solo decía.- Dije luego del silencio que se produjo, aparcó el coche aun en marcha y me abrió la puerta.

Que educado Billy, siempre tan cortes.

-No solo dices, déjame lavar la culpa para después poder hablar con él. Ahora me voy a ocupar de James, mañana nos vemos en el patio de Tom.- El patio de Tom era nuestro “garaje”, cosa que si llovía nos jodiamos. No podíamos ser una banda normal y ensayar en los garajes porque estaban abarrotados de cosas y autos, por ahora no flotábamos.

Asentí y nos saludamos con el típico juego de manos, era como jugar a las palmaditas con Molly pero con más fuerza. Si, jugué a las palmaditas con mi hermana menor. Pero después de todo gane, mi parte competitiva dice que valió la pena. (La venganza de Molly consistió en encerrarme en mi pieza hasta que mis papás llegar del trabajo un feriado, tan dulce.)

Bajé del auto y Billy aceleró con fuerza, provocando un sentimiento de soledad en mí. No sabía que me pasaba últimamente, quizás mi virginidad se convirtió en ovarios, y ahora sangro.

Metí mis manos en los bolsillos de mi jean rotoso, camine a paso normal hasta entrar al bar; el olor a cacao me inundo por completo, una malteada no le hacía mal a nadie.

Las mesas estaban menos llenas que el lunes pasado, pero seguía habiendo gente. Bob seguramente estaba forrado en plata. Todavía no entendía que era lo que tenía ese viejo para poder hacer de este lugar algo tan conocido. Me acerque a la barra de madera que gobernaba el sitio, y le pedí la Malteada chocolatera, es la más rica.

10 Razones para Conquistarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora