3.

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"Corre como el viento tiro al blanco."

Capitulo 3.

No estaba muy seguro de a que hora se habían ido Livya y Marcela. Claro esta que de Billy y Tom no me salve, tuve que compartir mi cama con el rubio y armarle un colchón en el suelo a mi otro mejor amigo. Pero lo que me provoco dolor de cabeza no fué el beso en la mejilla que me dió Liv al despedirse, fue el capricho que hizo Tom despúes:

-Yo pido la cama y ustedes dos al piso.- Canturreó Doblas y se sentó cruzando las piernas en forma india en medio de la cama.

-Tom me conoces desde los 8, jamás te dejé la cama y jamás lo haré, nunca.- Terminé de estirar la sábana en donde tendrían que dormir los dos juntos, como siempre.

-Ay, es hora de aprender a compartir.- Frunció su ceño y yo lo miré fijo. Billy entró por la puerta con una botella de agua y al ver a Tom en mi cama negó con la cabeza.

Me levanté cansado y emocionalmente exausto, sólo quería dormir e imaginar muchas cosas con Liv. No me importaba que clases de cosas, lo juro.

-Dile algo.- Me quejé con Billy como si fuera mi papá, Dios ya me veía durmiendo en el incómodo sofá de abajo. O peor, tocándo la puerta de Molly para que me deje un lugar en su cama.

-Algo.- Se burló el castaño idiota. Tom rió y Billy se aguantaba las ganas, pasó por al lado mio y se acostó en su lugar. Billy era alto y musculoso y ¡No podría dormir con él, me iba a patear las piernas y mi amiguito! Y yo si quiero tener hijitos con Liv.

-Toooooooooom- Sufrí alargando la 'o', si fuera mejor actor lloraría, aunque no estaba muy lejos de hacerlo.

-Mira me dejas del lado de los pies, y eso es más que una tortura, y tu de la cabeza y todos felices.- Giré mis ojos, no tengo idea de como termine aceptando. Pero cuando estaba a punto de quedarme dormirdo, logré alcanzar la voz de Tom.

-Te lo dije Billy, jamás voy a compartir una misma cama contigo aunque me cueste bancarme el olor a pata de Kyle.- Nada más pude escuchar la risa burlona de Billy. ¿Ellos no habían arreglado nada?

Y así estabamos, mamá tocando la puerta y gritando que si no me despertaba ahora, iría a buscar la tijera y no me quedaría ni un cabello sano. Tom estaba profundamente dormido sobre mis piernas, la boca abierta sobre la planta de mis pies.

Billy ya se estaba poniendo la remera y nos miraba curiosos.

-Sácale una foto.- Gruñí. El castaño sonrió divertido, se acercó al escritorio y desenchufo su celular.

Se escuchó un click y soltó una risa tonta.

-La próxima va a tener que dormir contigo sí o sí.- Renegué y me despegué de Tom, enredandóme con las sabanas y terminando con mi trasero en medio del suelo. Se escuchó un ruido hueco, sentí que me quebré el huesito dulce en dos y no se me ocurrió nada mejor que hacer que insultar a los cuatro vientos. Billy comenzó a reír con fuerza y mamá dejo de gritar sus amenazas contra mi cuero cabelludo, nadie me ayudaba a levantarme. Y Tom solo se movió un poco.

-No sé que es mejor, que Tom haya probado de tu pie, que tu mamá te amenacé con lo mismo desde los ocho, o verte caer de culo a lo Kyle Thirwall.- Gracias amigo, te juro que te adoro. Ojala que cuando muera me hagas la carta para mi funeral.

Lo miré con cara de sueño, estiró su brazo y me ayudo a levantarme.

De un tirón yo ya estaba parado inútilmente en boxer, mirándo con envidia a Tom dormir en mi cama.

No me daba miedo dormir en boxer, eran mis amigos. Y sí, eran gays pero se comían entre ellos. Según Tom yo tenía senos.

Mamá volvió a tocar la puerta, suspiré y la abrí un poco.

10 Razones para Conquistarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora