"Prometido."Capitulo 2.
-¿Que hicieron tu y Tom luego de la extraña cena grupal?- Billy tenía el tenedor de plástico lleno de asquerosa lechuga a centímetros de su boca, suspendido en el aire. Como si mi pregunta lo haya sorprendido de sobremanera, tarde o temprano me iba a enterar. Fruncí el ceño y lo miré con ojos chinos.
¿Por qué tan raro? ¡Ay, no! Es mi don preguntar cosas que no quiero saber, ahora sé que hicieron luego de irse juntos del prostibar. Arrugué la naríz.
-¡Billy, no tenías que ser tan obvio, maldita sea!- Yo quería escuchar algo como "somos novios" y muchos grititos femeninos de los tres.
La mesa parecía más grande con nuestras dos bandejas solitarias, y yo no tuve mejor idea que sentarme dándole la espalda a toda la cafetería.
-No es eso, no voltees.- Se metió el tenedor en la boca y miró atrás de mi. No voy a voltear, no voy a voltear.
Sentí como unas dos bandejas se apoyaban en la mesa justo al lado mío, en la que consideraba nuestra (con énfasis) mesa.
Me giré lentamente, dejando mi sandiwch en el plato y miré con los ojos como platos a las dos chicas que, sonrientemente, observaban de Billy a mi.
Me quedé mirando fijo a Marcela, luego a Livya, y finalmente a Billy. Y así por cinco largos segundos.
-¿Qué?, ayer prometieron ayudarme- habló Liv, yo solo podía mover mi boca torpemente; como si puediese hablar pero no me saldrían las palabras por más esfuerzo que haga.
Anoche, luego de que la canción terminara entramos y terminamos de "cenar", hablaron en voz baja sobre ayudarla con Mr. Músculo, y nos dió su nuevo número. Estaba tan pero tan feliz de tener el número de Liv y saber que salió atrás mio en el bar (Aunque sea por Juliette), que no me pude dormir hasta las cuatro de la mañana.
-Ah, sí. Sólo que ustedes suelen comer en no sé donde y siempre somos chicos en esta mesa.- Dijo mi amigo, queriendo parecer natural. El estúpido de mí seguía callado.
Es díficil para mi tener a Liv sentada porque quería a pocos metros de mi, aunque sea para hablar de George.
Si los camiones mearan, yo estaría empapado en orina de camión. Lo que no es nada lógico, pero representa mí suerte a la perfección.
-¿Siempre chicos, eh?- Susurró Marcela y contuve la risa. Sabía que se refería a Billy y Tom. Cuando notó que el castaño la miraba con los ojos fríos, sonrío a modo de disculpas.
-¿Les molesta que nos sentemos acá? Kyle no ha dicho nada en estos diez minutos, y nos daba miedo sentarnos en otra mesa. No es nuestro fuerte tener o hacer amigos.- Confesó Liv tocándose el cabello, siempre hacía eso cuando estaba nerviosa. En los exámenes de ciencia, cuándo usaba su cola de caballo alta, se tomaba la punta y la giraba muchas veces en su dedo.
Para mí era extremadamente caliente, pero ahora que tomó su cabello suelto con su mano y lo tiró hacia atras, quitándolo de su ángelical rostro, me retracto completamente. ¡Eso era lo más caliente del mundo!
-No, está bien. A Kyle le cuesta... agarrar confianza, es un tonto.- Y me pateó con fuerza por abajo de la mesa.
-¡Imbécil!- Vociferé, logrando que ambas chicas me miraran con curiosidad. Solté una risa tonta, y me metí un pedazo de mi comida en la boca. Con suerte me ahogaría con el pan y no tendría que sentirme tan humillado como ahora, básicamente nunca más.
-Hola...- Saludé bajito, y pude escuchar la voz agitada de Tom desde donde me encontraba. Él hablaba super rápido siempre, tomaba aire entre palabras. A diferencia del tranquilo Billy, Tom era escandaloso.
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10 Razones para Conquistarte.
Teen Fiction"¿Tus razones son suficientes para dejar tanto dolor?" //Idea original. Completa.//