7.

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"Porque somos hippies."

Capitulo 7.

No tenía idea de lo que pasaba en ese momento, todavía podía sentir los labios de Liv sobre los mios como si fuera un sueño.

Tenía miedo a hablar y que sea irreal, que me lo haya imaginado.

Miraba como Liv estaba roja y como mis dos mejores amigos movían la boca; no podía escuchar las palabras que salían.

Livya me había besado, Livya había juntado nuestros labios en lo que fué la gloria. Fué tocar el cielo con las manos.

Pensé que me había quedado sordo cuando Billy me zamarreó.

-¿O no, Kyle?- Preguntó una tranquila Liv. La miré con brillo en mis ojos, no podía hablar.

¿Como ella podía estar tan tranquila?

-¿Que cosa?- Pregunté en un hilo de voz, el amor de mi vida me había besado y ahora actuaba como si nada. No podía dejarme de preguntar si ella me amaba, si siempre sintió lo mismo que yo y nunca nos dimos cuenta.

Sentía la ilución latir al lado de mi corazón.

-Que fué una tonteria, un beso sin importancia.- Dijo encogiendosé de hombros y evitando mi mirada.

Mi sangre se heló, no sentía mi pulso y las leves iluciones rosas que sentía que habían crecido fueron rotas por un enorme bate.

-Se... seguro.- Tartamudeé en voz baja, no iba a llorar. Pero sentía la garganta seca, y me ardían los ojos. No iba a llorar. Pero, ella me había besado.

-¿Van a tener su primera clase?- Preguntó Tom mirándome con cautela. Sentía que mi corazón se rompía muy lentamente.

Porque nada peor que experimentar la felicidad y que te la arranquen; porque yo sentía eso.

No. Quería gritar que se vaya al diablo, que las clases de guitarra para impresionar a otro se las enseñe Gertrudis. Pero era un simple chico preocupado por no defraudar a la chica que amaba, porque aunque haya menospreciado nuestro primer beso, la amaba.

-Pasen... ¿Se quieren quedar?- Pregunté parpadeando muchas veces. Caminé hasta la puerta y la abrí: primero pasó Billy, luego Tom y cuando iba a pasar Liv se paró a mi altura. Trataba de hacer contacto visual, pero yo no quería mirar esos bellos ojos.

Los mas lindos que alguna vez había visto, que causaban todo en mi y ahora era daño.

-Gracias y lo siento.- Repito, Livya Irwin era muy inteligente. Levanté la mirada con el ceño levemente fruncido.

Ella me mostró sus brackets en una timida sonrisa y me robó un leve beso. Fue tonto, apresurado. Apenas un roce que llego directamente a mi corazón.

Se escurrió por la puerta y caminó hasta mi habitación con la guitarra mal colgada a su espalda.

¿Que estaba pasando? No podía dejar de sentir que nos estabamos metiendo en un juego que no era saludable para nadie, y que de ese juego no podría salir ni aunque quisiera. Aparte Livya Irwin estaba poniendo las reglas.

Cerré la puerta en alguna especie de shock, no sabía si mi pene y mi sistema nervioso iban a resistir mas besos prófugos. Y mi corazón no quería oír otro "sin importancia".

Era como tocar mi punto débil con el filo de una daga.

Me apoyé en la puerta de la casa, desde donde estaba se podía oír las risas de mis amigos y... Livya.

Era irreal lo que pasaba, como si las ultimas horas de mi vida fueran una película de romance dramático. Claro esta que prefería las películas pornos, pero obviamente mi suerte se me caga de risa constantemente.

10 Razones para Conquistarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora