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Capitulo 19. Maratón.

"¿Y si terminamos como las películas?"

No estaba de humor para nada, en realidad pensaba que nada me podia salir peor.

Aunque sea lo mas raro del mundo, Cristal sabe cosas de Juliette. Prometió contarme todo, pero cuando una llamada misteriosa interrumpió su celular, ni se disculpo y salió huyendo con una sonrisa realmente escalofriante en el rostro.

-Alguno me va a explicar como terminamos así.- Dijo Pam mirando las linternas con desconfianza. Si yo fuera ella estaría más que desconcertado, pero mi mal humor es aún mayor.

Les voy a contar lo que paso:

Luego de que salgamos resignados de la cafetería donde estábamos con la Dictadora, empezamos a caminar hacia la casa de Liv sumidos cada uno en diferentes pensamientos.

-Tengo miedo de saber que oculta mi hermana, Liv.- Confesé una vez que llegamos a la vereda de la casa de Livya. Sus ojos se habían llenado de alguna ternura inexplicable, mezclada con entendimiento y amor maternal. Odiaba ese tipo de amor, más si venía de la chica a la que quieres besarla cada vez que puedas.

-Yo también tengo miedo, Kyle. Tengo esa sensación de que estoy mirando tras un vidrio empañado, y eso me rompe el corazón. Sabes algo, me encanta hablar contigo, cualquiera me tomaría de exagerada, pero tu no. Me escuchas y comprendes, y eso es único.- Afirmó, creando un revuelo en mi estómago. Por favor, era tan obvio que me tenía en la palma de su mano.

La tomé del mentón, creando un muro de confianza dentro mío, con el fijo objetivo de probar los labios de Liv. Ella cerró los ojos, y yo la imité. Y cuando nos íbamos a besar, alguien se aclaró la garganta. Deseaba que no fuera Pam, por alguna razón sentía que la estaba traicionando, y odiaba eso de vivir confundido entre cosas sin sentido, y cuando trataba de darle algún sentido y acomodarlas se volvían más confusas.

-Disculpe, ¿Usted vive aquí?- Señalo la casa de Liv, y la miró fijo. El hombre desconocido tenía el típico uniforme azul marino y los cabellos canosos ocultos tras una gorra aburrida: Era el cartero. Y miraba a mi amiga con una planilla y una caja en la mano.

-Si, ¿Por?- Dijo dudosa, alejándose de mi lentamente. Pff, como si no lo hubiera notado, querida Livya yo notó todos tus movimientos. El regordete cartero miro el paquete y de nuevo a Liv, ni siquiera notando mi presencia.

-Busco a George Heffreson, esta es la dirección. ¿Puedo encontrarlo?- Me aclaré la garganta para hablar, pero la voz emocionada de Livya me interrumpió. Fruncí mi ceño con un poco de dolor y confusión, pero mi conciencia no dejaba de gritarme que no tenía derecho a sentirme así.

-Soy su compañera de piso, somos primos.- Aseguró la rubia, tomando una voz más madura. El cartero sonrió simpaticamente.

-¿Puedes firmar por él? Sé que no es profesional, pero con esta panza y con 65 años encima duele caminar hasta las casas.- Los tres reímos, admito que yo también quería saber que había en la caja.

-Por supuesto.- Dijo con una sonrisa hermosa Liv, ay, ella era un rayito de sol y yo un estúpido por seguir siendo un romántico sin retorno. Jamás voy a perder mi virginidad.

El cartero de verdad estaba muy estresado de su trabajo ridículo debido a la existencia del internet, ya que no notó la firma falsa y que Liv no era compañero de piso de George. (Por suerte y gracias a todos los santos).

-Ahora, amigo mío, a investigar.- Tomó mi mano, me arrastro a la casa y abrió la caja. Me dijo amigo también, pero creo que eso ya lo notaron. Por suerte al estar acostumbrado no dolió tanto.

10 Razones para Conquistarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora