Volumen 1: Capitulo 1:

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Después de abrir los ojos cada vez que me despierto, no puedo evitar sentirme enojada y deprimida.
Es decir, ¿Quién no se sentiría enojada y deprimida, sabiendo que todas las mañanas te despiertas con un montón de tubos y aparatos conectados a tu cuerpo?
Es como acaban de escuchar y de seguro se imaginan.
¡Yo! Little Erika, soy una pobre desafortunada de dieciocho años.
Me encuentro actualmente en la camilla de un hospital y para agregar mas lamentos y penurias, estoy a punto de morir, es mas, creo que me quedan un par de horas y si alargo un poco mas mis horas de vida, diría que me queda tan solo un dia, o al menos eso dicen los médicos que me vienen a ver cada un dia.
No siento miedo por mi muerte y creo que prefiero morir lo mas rápido posible para dejar de sufrir.
Tengo un tubo de oxigeno que tapa mi boca y nariz.
Además, tengo un montón de aparatos en mi cuerpo que me han permitido continuar viviendo hasta el dia de hoy.
Ahhh, mi vida es difícil.
Muy pero, pero muy difícil.
Se supone que tengo familia y una muy rica, pero Jamas me visitan.
No recuerdo sus rostros y menos sus voces.
Parece que solo continúan pagándome el hospital por simple lamento.
Si no recuerdo mal, creo que no los veo desde los siete años, es decir, desde el dia en que me internaron.
Desde los años que he estado en este hospital, Jamas me han dicho que tipo de enfermedad tengo y cuando podia hablar y les preguntaba, ellos simplemente no me respondían o elegían la opción mas fácil, cambiar de tema o mirar hacia otro lado.
Bueno, en ese momento era todo una niña y no me quejaba si no me respondían.
Una parte de mi vida, me la pase sola y sin poder ver el mundo de fuera.
Siempre estuve en este cuarto. Aunque al principio no de esta manera.
Con eso me refiero a todos los aparatos que actualmente tengo en el cuerpo.
Al principio, estos aparatos no los tenia en el cuerpo.
Sin embargo, a medida que mi supuesta enfermedad avanzaba, fui perdiendo mi movilidad, hasta el punto de no poder mover ninguna extremidad.
A los 9 años o por esos tiempos, perdí la habilidad de moverme o ejercer algún movimiento con mis extremidades y esto me afecto mucho.
Pase un año entero llorando y deprimiéndose por eso, pero lastimosamente no habia forma de curarme o de volver a poder usar mis extremidades.
De esa manera termine quedando postrada en esta cama.
Los días eran aburridos y siempre miraba el techo mientras me hacia un sin fin de preguntas…
¿Por qué justo a mi y no a otros?.
¿Mi familia me abra abandonado?.
¿Moriré?.
¡Asi! Continúe mi vida hasta los once años.
Luego de eso, mi ingenuidad y sentimientos, se fueron.
Ya no esperaba nada de mi familia y no creía posible ninguna esperanza de salvarme de lo que estaba viviendo.
Deje de creer en cada cosa que los médicos me decían y renuncie a vivir.
Mis pensamiento y vida, solo esperaban una muerte rápida y sin dolor.
Aunque, eso de no sentir dolor, es falso.
A los doce años comencé a sentir un dolor gigantesco en todo mi cuerpo, era como si me quemara viva por dentro, pero no me moría y me hubiera gustado morir en uno de esos dolores para no tener que haber seguido sintiéndolos hasta el dia de hoy.
Sin embargo, después de haber perdido todo tipo de esperanzas a los once años.
Fue a los doce años cuando por primera vez vi el brillo de esperanza y conocí algo llamado amistad.
Esta esperanza, no era de salvación, sino que era de saber que me iba a ir de este mundo habiendo conocido a esa persona y habiéndome ensañado hasta lo que hoy en dia amo mas.
La persona de la que me hice amiga, era de una enfermera nueva que habia ingresado al hospital y se encargaba de cambiarme y limpiarme las sabanas.
Era una buena persona y muy amable.
Después de que ella visitara un par de veces mi cuarto para hacer su trabajo, la enfermera me pregunto muy curiosa y con una sonrisa.
“¿Por qué siempre estas acostada con la misma postura?.”
Cuando escuche esa pregunta por parte de ella, pensé que se estaba burlando y aunque parezca un poco exagerado, pensé en matarla durante ese momento.
Me causo mucho enojo, pero me contuve y le respondí disimulando una sonrisa falsa.
“Señora, No cree que esta mal burlarse de las personas que tienen enfermedades.”
En ese momento, la reacción de la enfermera me sorprendió bastante.
Ella habia puesto un rostro de tristeza y segundos después se disculpo un montón de veces conmigo, hasta el punto en que tuve que pedirle que dejara de disculparse, porque tranquilamente ella podría haber estado todo el dia pidiéndome perdón por lo que habia hecho. 
Después de las consecutivas disculpas y de que le dijera que dejara de hacerlas, ella volvió en si y me pregunto varias cosas con respecto a mi enfermedad, pero, ¡Simplemente respondí que ni yo sabia sobre mi propia enfermedad!
Solo le conté un poco de mi historia, los dolores y la perdida de control sobre mis extremidades, ósea, casi nada, ya que no tengo una historia bastante larga como para contar.
Sin embargo, ambas estuvimos hablando durante un largo rato y fue la primera vez que sentí que algo me estaba pareciendo divertido o entretenido.
Pero a pesar de que hablamos durante un largo rato, ella recordó que debia de irse y cuando se estaba marchando, no tuve mejor idea que preguntarle el motivo de su apresuradas ganar de irse.
Ella al oir mi pregunta, sonrió y pregunto.
“¿Qué tal si te muestro el motivo por el que estoy tan alterada en irme?.”
En esos momentos, la curiosidad me mataba y no tenia nada mejor que hacer, asi que acepte plácidamente y ella se me acerco.
Luego de que se me acercara, la enfermera deslizo su mano en el aire y a unos metros de distancia de mis ojos y de manera repentina, una gran pantalla apareció.
Era mi primera vez viendo algo de ese estilo.
Unos segundos después, ella me conto que eso que estaba viendo en frente mío y con muchos colores, se llamaba “pantalla táctil” y tambien me explico que desde esa tal pantalla táctil, podia ver y conocer cualquier cosa en el mundo.
Créeme, en aquel tiempo, eso me sorprendió, pero hoy en dia me siento avergonzaba por no saber algo de sentido común.
Cuando mi amiga Mika, la enfermera, abrió la pantalla táctil, ella toco un montón de cosas y de alguna forma, algo apareció en frente mío.
Podia ver algo que estaba sucediendo en ese momento y muy a lo lejos, desde donde yo me encontraba, o eso al menos me habia dicho mi amiga, Mika, que estaba sentada a un lado de mi camilla.
Durante ese momento, ella al ver mi rostro sorprendido y de desconcertado, me explico que eso que estaba viendo, era un video.
Luego averiguaría y conocería mas sobre la tal pantalla táctil y el tal llamado video.
Mientras Mika me mostraba el video de una persona cocinando, de repente, algo nos interrumpe.
Era un ruido muy molesto.
Al menos, lo era para mi.
Este ruido molesto continuo sonando durante unos segundos y en el momento que este sonido habia comenzado, mi amiga, la enfermera, dijo muy alterada y sorprendida…
“Ah, ¡Ya es hora!.”
“¡Ya es hora!.”
Tras haber dicho eso, ella nuevamente toca la pantalla táctil y pone otro video en ella.
Mika, parecía tener unos ojos que emanaban estrellas por la emoción y cuando fijo mi mirada en el video, encuentro algo que Jamas me espere y algo que hizo que por primera vez en mi vida, mi pecho se emocionara de felicidad.
Algo que Jamas pensé que me sucedería.
Era una sensación única.
Mientras mas observaba el video que Mika me habia mostrado, mas me emocionaba y sentía ese ardor de felicidad en mi pecho.
Esos fueron los primeros momentos que sentí que mi vida al fin valía algo.
No pude contener mis lagrimas.
Sin darme cuenta, habia comenzado a hablar y tambien habia movido el brazo, el cual se supone que no debería de poder mover…
“Mika, ¿Que son esas cosas fuertes y gigantes que aparecen en el video?.”
Dije con mi brazo levantado señalando el video y con mucho llanto.
Mika no pudo contener la emoción de verme llorar y de que lograra levantar mi brazo a pesar de la enfermedad que poseo, que tampoco pudo contener las lagrimas y en tanto lloraba, ella me respondía a lo que le habia preguntado de manera muy emocionada hace unos segundos…
“Erika, esos gigantes de acero que ves en el video, son Panzers, armas que se usaban en la guerra de hace 1000 años.”
Cuando oí lo que eran en realidad, me emocione aun mas y de manera inconsciente me deje llevar y dije con lagrimas en los ojos, pero cuyo ojos brillaban de la felicidad.
“¡Quiero ser un Panzer!.”
“Quiero poder ser fuerte e igual de duro que los Panzer.”
“Quiero escuchar ese ruido explosivo que desprenden.”
“Quiero ser igual de fuerte que ellos para poder levantarme de esta cama.”
Klara, no pudo contener la risa y entre carcajadas y lagrimas, ella me dijo “No puedes convertirte en un Panzer, pero puedes estar dentro y volverte uno con el.”
Mis ojos brillaron en ese momento.
Esas palabras me dieron lo que habia perdido “Esperanza”
Luego de eso, ella y yo pasábamos todos los días juntas hablando y viendo video de panzers.
Tambien, ella siempre traía un montón de revistas de panzers, acorazados y cazas.
Ambas, leíamos juntas.
Gracias a las revistas y a los videos, pude aprender un montón de cosas sobre lo Panzer, navíos de guerra y cazas. Tambien aprendí la mayoría de cosas sobre sus estadísticas y especificaciones. Además, conocí que no todos son iguales, es mas, cada uno tiene su propia historia y sus propias características.
Desde ese momento, mi sueño fue estar dentro de un Panzer y poder tocarlo y sentirlo.
Ahora eso parece un sueño.
No se porque justo a ahora, a horas de mi muerte, estoy recordando lo poco que sucedió en mi vida.
Pero a pesar de lo poco que viví, me alegra mucho haber conocido a los Panzers, los otros vehículos de guerra y a Mika.
Ahora puedo irme de este mundo sin ningún problema.
Me hubiera gustado subirme a un Panzer, pero mi corta vida no me va a dar el tiempo suficiente para hacerlo. Además, me conformo con morir y dejar de sufrir todo el dolor que he sentido en todos estos años.
De repente, mis ojos comienzan a sentirse cansados y hasta me es difícil mantenerlos abierto.
Mi respiración poco a poco se corta.
“Ah, Parece que es el momento.”
El ruido de la maquina que controla el pulso, empieza a sonar de manera descontrolada.
Los pasos de varias personas acercarse a mi habitación, se escuchan como soldados dirigiéndose a una batalla.
Entre las varias personas que entran a mi cuarto, una de ellas es mi mas y querida amiga, Klara.
Su pelo blanco se revolotea al acercarse a mi.
Ella esta muy triste y sus lagrimas no paran de salir.
Solo me queda decirle estas ultimas palabras con la poca fuerza que me queda.
Lo mas rápido que puedo, me saco el respirado y digo mis ultimas palabras…
“Gracias por haber sido mi única amiga y gracias por haberme enseñado a amar algo.”
“No te imaginas lo feliz que me has hecho en esta corta vida, Klara.”
“Gracias por todos los momentos que pasamos y espero que en la siguiente vida, ambos podamos encontrarnos como tanquistas.”
Cuando digo esas palabras, las digo sin arrepentimiento y sin llanto.
En ese momento, lo único que puse, fue una tranquila y liviana sonrisa, para despedirme.
Esas fueron mis ultimas palabras y me despedida de este mundo.
¡O al menos, eso pensé!

-Continuara-

Hola a todos los lectores.
Mi nombre es Sluk y esta es mi novela.
Esta es la segunda novela en la que trabajo y espero contar con su apoyo y ayuda en esta nueva novela.

Esta nueva novela, se podría decir que va a estar en versión de prueba, ya que puedo escribir dos versiones de ella, pero con distinta trama e historia. Además, con herramientas muy separadas (Ya saben a lo que me refiero)
En esta novela estoy probando una nueva forma de narración, asi que me gustaría saber su opinión con respecto a la ya mencionada.

Dependiendo de lo que le parezca a los lectores, la primera versión, yo voy a decidir si continuar con la versión uno o con la versión dos.

¡¡¡Por favor, den sus opiniones!!!

"Panzerschlacht": Una nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora