Suenas tan frágil como el verbo amar,
otras tan duro como una piedra,
con tu sonrisa de plata
y tu coraza de acero.
Intentas controlar todo lo que te rodea.
Intentas que tus palabras me hieran cuando te enfadas, que me hagan una brecha en el alma y te da igual que me hunda entre mis lágrimas.
Intenciones que matan, y lamentaciones que me harían vivir si las tuvieras.
Tu corazón roto se viste de orgullo y te convierte en el capullo que estas siendo. Cuidado amor, no dejes que sea tu ego el arma del delito, porque ya me has disparado más de una vez, y dentro de poco te vas a quedar sin balas, o yo, sin la única vida que me queda.
Y antes de rendirme en el campo de batalla, me declaro culpable por robar un corazón a prueba de balas, con coraza de acero. Sonrisa de plata.
