Tiempo.

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Y resulta que nos dimos cuenta de que éramos insostenibles.

Perdimos el equilibrio, nos enganchamos al vicio que supone el amor, se nos quitó la adrelalina al caer, y el miedo a perder se convirtió en indiferencia por ganar.

Digamos que fuimos un coche sin ruedas, un ventilador sin aspas, un vaso de agua que se colma y que no quita la sed.

Supimos querernos, pero mal.

Comprendimos que a veces lo mejor es dejar ir, pero quedarse, y así hicimos, nos quedamos.

Nos quedamos callados, mudos y dejamos pasar el tiempo porque es el único antídoto para el dolor en el pecho. Izquierdo.

Y me dijiste:

"Por favor, dame tregua,

vamos a darnos un tiempo

para olvidarnos, para volver a ser extraños"

Lo peor es que yo ya

no te reconocía.

Verso o besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora