Si se me olvida cómo vivir recuerdame que me dan miedo las alturas, pero que por ti cualquier precipicio es ideal para jugar a matarme.
Y cada vez que me tire al vacío y sobreviva, quítame una vida, que igual que los gatos tiene siete, los soñadores una más.
En esto de vivir o de cómo hacerlo he puesto mis reglas, y la más importante es la que dice que no existen los salvavidas, que hay que disfrutar de las caídas y que vivir se trata de coger el vuelo cuando estas a dos centímetros del suelo.
Vivir es llenarse la copa para beberse las penas. Es vomitar lo que te sienta mal y pasar la peor resaca del mundo. Es pensar que la resaca se pasa al día siguiente, pero que noches así se recuerdan para siempre. Es sentir ese dolor de cabeza, es hacerte la promesa de que jamás volverás a mezclar. Es mezclar tus fantasías con un poco de realidad.
Vivir soñando, riendo, llorando, gritando...
Vivir que no es poco...
Pero recordad que vivir,
no es estar vivo,
es sentir que el corazón late por algo.
