Soy de las que cambian el amor propio por el ajeno, de esas que ven el vaso medio lleno y de las que se tiran al vacío cuando tienen miedo.
Soy una mezcla de sentimientos, deseos revueltos, un saco de contradicciones que aunque encuentra razones para decir adiós, siempre susurra un todavía no.
Soy, a veces, como una niña, con cicatrices en las rodillas por culpa de caídas, con parches en el corazón, de las que aún no entienden el amor.
Soy lágrima fácil, un alma sensible que sigue adelante con la fuerza que me invento. Pinto sonrisas en caras, dibujo esperanza a duras penas y sonrío.
Soy un río que no necesita afluentes, soy las ganas que tengo de desembocar en tu boca, ilusiones que se desbordan de su cauce, y a veces sequía, solo sequía.
Soy diecinueve años de inseguridades, de cambios repentinos de humor, de caprichos, de intentar no fallar a los míos, de construir mi camino.
Soy un pasado, un presente fugaz, constructura de mi futuro, y sobre todo, soy vida.
Y vida es ser, sentir, equivocarse, rectificar, tener como meta la felicidad.
Mi destino, mi camino, mis pasos, mi vida.
