He construído un imperio con tu saliva.
He cosido heridas que pensé que jamás cicatrizarían.
He improvisado poemas a tres centímetros de tu boca,
que no rimaban,
pero sí te prometían que mañana no solo iba a salir el Sol,
también que iba a estar a tu lado.
He sido tu espada y tu escudo al mismo tiempo,
tus ganas de luchar
o de tirar la toalla.
He sido
y soy,
aunque no sé si seré.
Hemos sido
y somos,
aunque tampoco sé si seremos.
Estamos siendo
y que más da el qué,
si contigo
puedo
ser
cualquier cosa.